La Habana, 22 abr.-El doctor Disnaldo Raúl Pérez González, director general del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, propuso al Consejo de Defensa Provincial (CDP) de La Habana una estrategia para el distanciamiento social que permita anticiparse a la infección y transmisión de la COVID-19.
Según el investigador, existen modelos que permiten determinar el alcance del virus. La curva epidémica indica que el número de casos seguirá creciendo durante las próximas cuatro semanas y luego decrecerá progresivamente; y el distanciamiento social constituye una medida de contención vital para evitar la propagación acelerada de la enfermedad y que su comportamiento se mantenga tal y como los expertos predijeron.
Ante el uso del término cuarentena, Pérez refirió que consiste en restringir las actividades o separar del resto de los ciudadanos a aquellos que no estén enfermos, pero que por razones justificadas se sospecha que pueden desarrollar la enfermedad, de forma tal que se prevenga la posible propagación de la infección según el Reglamento Sanitario Internacional del 2005.El doctor relató que la restricción se extendería hasta tanto haya desaparecido el riesgo de propagación y que usualmente se usa como medida de cierre, el completamiento de al menos una vez el tiempo correspondiente al período de incubación máximo de la enfermedad sin que aparezcan casos (14 días) o dos períodos de incubación desde el último caso detectado (28 días).
La cuarentena se establecerá siempre teniendo en cuenta la situación clínico-epidemiológica y es aplicable a unidades cerradas, instalaciones de vida interna, localidades o poblados aislados, donde sea factible la limitación de entradas y salidas de personal; además requiere aprobación del nivel superior.
Los requisitos para la adopción del reforzamiento del distanciamiento social son que exista un nivel de transmisión que represente un riesgo para la población, un comportamiento social de riesgo y una baja autorresponsabilidad, asentamientos cuyas condiciones de vida favorezcan la transmisión, grupos de población vulnerables e instituciones que por sus características propicien un incremento de casos.
Mientras que esta alternativa se realizará de manera escalonada en tres niveles: para las zonas de bajo riesgo y baja transmisión con un bajo número de casos confirmados y sospechosos, se propone adoptar un primer nivel de reforzamiento de medidas; para las zonas de riesgo o transmisión media con un número de casos confirmados y sospechosos dentro de la media del territorio una cuarentena parcial; y para las zonas de alto riesgo o alta transmisión con un gran número de casos confirmados y sospechosos una cuarentena total.
A la par, se incluyen las zonas de interés económico y social que deben continuar trabajando, en las cuales no se establecerán medidas de aislamiento, pero sí se crearán grupos de trabajo para la evaluación de sus riesgos epidemiológicos.
Durante el Consejo de Defensa Provincial se instó a que se perfeccione la mencionada estrategia y que las autoridades municipales analicen sus territorios de acuerdo con diferentes parámetros señalados en la misma como las condiciones de vida, urbanización, hacinamiento, discapacidad, alcoholismo y comorbilidad. “Debemos anticiparnos a la enfermedad y los problemas; esto debe conducirnos a que la curva se aplane”, destacó Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del CDP.
Hasta la fecha, se analizaba directamente un lugar cuando resultaba un residente positivo al coronavirus; la propuesta es no esperar, sino intervenir en aquellas comunidades (que pueden incluir varias cuadras) donde si existiera una muestra positiva, la propagación sería rápida y difícil de controlar. Actuar como si hubiese un caso o evento epidemiológico y realizar pesquisas y búsquedas intencionadas.