Panamá, 4 ago (RHC) Con una rosa blanca en las manos y casi sin quitarse el polvo del camino, el intelectual cubano Eusebio Leal rindió homenaje al apóstol José Martí durante su última visita a Panamá en 2015.
En esa ocasión viajó al Istmo como parte de la delegación cubana que asistió a la VII Cumbre de las Américas, un suceso que a juicio del ensayista y profesor universitario, quien falleció recientemente, marcó relevantes hechos históricos del continente.
Durante su intervención el Historiador de La Habana se refirió a la huella que dejó Martí en esta capital y en la caribeña ciudad de Colón, "una historia digna de contar que él la describe con emoción sincera; ve el mar Pacífico que le sorprende y las características del pueblo al que aprecia".
Por eso, "nuestra tradición de profundo amor a nuestra Patria, nuestra tradición patriótica y antimperialista nos trae ante el busto de Martí para llegar primero", dijo Leal en referencia a un grupo de mercenarios y terroristas confesos que intentaron mancillar la figura del Héroe Nacional de Cuba en el marco de la cita regional.
Ante la posibilidad de este hecho aseguró que "nosotros (los cubanos) nos estamos para dirimir querellas de solar, ni dar batallas que no sean aquellas que para Cuba y su Revolución, bajo la guía de Fidel (Castro), solo pueden ganarse, jamás perderse. La ganará la palabra, la ganará la razón y la ganará, sobre todo, la unidad de los pueblos latinoamericanos".
Y subrayó: "Sabemos que hay otros que intentan deshonrar los sitios que son sagrados para Cuba, pero ninguna flor ni ningún acto que realicen tendrá valor alguno ante los ojos de la historia, sino sencillamente será un ridículo y para evitarlo estamos aquí anticipándonos, colocando nuestras flores, que son las flores de la vergüenza, de la dignidad, del respeto, de la solidaridad y del internacionalismo".
En aquel emotivo y encendido discurso, Leal hizo alusión a las ovaciones que de seguro recibirían el entonces presidente de Cuba, Raúl Castro, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, durante el encuentro de Jefes de Estados y de Gobierno.
Hecho que para nosotros es importante, sobre todo para el personal diplomático de Cuba porque es el reconocimiento de que la Revolución no pudo ser derrotada por los terribles métodos que se emplearon contra ella: el crimen, el aislamiento y la persecución de nuestros diplomáticos.
"El nombre de Cuba no ha podido ser borrado. Cuba llega, como en el circo el último gladiador, de pie, ensangrentado y agotado, pero con el escudo levantado y la espada en la otra mano", aseguró sobre la victoria que significó la participación de la mayor de las Antillas en la Cumbre de las Américas, que tuvo como sede a Panamá en 2015. (Fuente: Prensa Latina)