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La Habana, 1 feb (RHC) Con el compromiso siempre renovado, y multiplicado en estos duros tiempos de pandemia, de luchar por una educación con todos y por el bien de todos, estrenó este lunes sus sesiones, virtuales por vez primera, el Congreso Internacional Pedagogía 2021.
A los educadores cubanos fallecidos el sábado último en un accidente de tránsito, rindió tributo la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez, en el primer minuto de la edición 17 de estas citas bienales, que hasta el miércoles próximo reunirá en el ciberespacio a cerca de 900 delegados de Cuba y otros 27 países de América Latina y el Caribe, Europa, Asia y África.
De la consagración de esos 10 jóvenes docentes a la misión de educar, expresó Velázquez, y también de su generosidad y altruismo, cuando ante el déficit de profesores en La Habana, no vacilaron en separarse de sus familias para servir también, aunque lejos de casa, a la Patria, a su pueblo.
Que las credenciales de honor y nuestro primero y gran pensamiento en esta cita encuentro sean para estos educadores, con la promesa de no olvidarlos, de seguir su ejemplo y mantener en alto esa solidaridad que los distinguió, y la martiana certeza de que la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida, añadió la Ministra cubana de Educación.
La ministra dejó inaugurado este Congreso online con una conferencia especial, en la cual dio cuenta del intenso quehacer de maestros, profesores, directivos y todo el sistema nacional de educación para dar continuidad a los procesos de enseñanza-aprendizaje en medio de la pesadilla global desatada por el nuevo coronavirus y que Cuba ha debido enfrentar con el añadido de un bloqueo imperial genocida recrudecido hasta límites obscenos.
La pandemia ha mostrado los problemas y debilidades de cada sistema educativo, pero también esta situación inédita nos ha permitido identificar cuántas reservas tenemos desde la innovación educativa para perfeccionar, actualizar y contextualizar todo lo que sea necesario, reflexionó la ministra de Educación en su disertación sobre la pedagogía cubana y su respuesta educativa a los retos impuestos por la COVID-19.
Añadió que solo los sistemas educativos que mantienen un trabajo de perfeccionamiento permanente son capaces, en estas circunstancias, de garantizar el acceso de todos sus estudiantes y continuar el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia, con la implicación de las familias, convertidos los hogares en escuelas.
De la experiencia cubana mencionó las teleclases y demás ingredientes de una amplia programación televisiva, el uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, las alternativas territoriales empleadas para la atención de los educandos y sus familias, incluso en los lugares más recónditos, y el diálogo permanente, sobre todo para escuchar y aprender de todos.
A la adaptación como una necesidad, para la cual también han de ser educados los seres humanos, se refirió, y consideró un excelente ejemplo este encuentro virtual, distante en el tiempo y bien diferente a aquel primero, en 1986 y con la presencia física de seis mil educadores en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Significó que, no obstante, iguales propósitos siguen convocando a los educadores del mundo: la unidad en la solidaridad y la lucha por una educación inclusiva, equitativa y de calidad y oportunidades de aprendizaje para todos los seres humanos durante toda la vida, y el deseo de compartir proyectos, experiencias, ideas y afanes y de socializar buenas prácticas.
La conferencia inaugural cedió paso a los cursos pre Congreso, seis en total, que serán impartidos en lo que resta de esta primera jornada, para mañana estrenar los simposios, ese espacio donde serán presentadas las cerca de 797 ponencias inscritas, y avanzar en el resto del programa científico.
(Fuente: Cubadebate).