Reunión de chequeo del plan de viviendas en Cuba.
La Habana, 8 feb (RHC) Cuba entra al tercer año de la Política Nacional de la Vivienda. Es una ambiciosa pero realizable meta —si se hacen las cosas como se deben— que ha de permitir resolver en una década los déficits habitacionales acumulados en el tiempo, que impactan en negativo en el ámbito social y económico del país.
En su primer bienio, los resultados son loables. Mas en el trasfondo, el trabajo no ha marchado tan bien como se esperaba, confirmaron las críticas que hizo la dirección del país al Programa nacional de la vivienda en el más reciente chequeo por parte l Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
La videoconferencia con las gobernadoras y gobernadores de las 15 provincias del país y el intendente de la Isla de la Juventud fue conducida por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz. Participaron también el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa, y el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, junto a otros viceprimeros ministros y titulares de varias carteras.
El humanista programa de subsidios para la construcción de viviendas, en especial el levantamiento de cédulas básicas habitacionales (CBH), sigue siendo el talón de Aquiles de la Política, y no solo por los números (los incumplimientos se acumulan año tras año, y son grandes), también porque está dirigido a favorecer a las familias vulnerables.
Estas son las personas más necesitadas; tenemos una deuda con ellas, señaló Valdés Menéndez. Pero —dijo— no se le está dando la atención debida. El Partido y el Gobierno en los territorios tienen que ocuparse de esta prioridad, enfatizó el Comandante de la Revolución.
Desde el 2012 hasta la fecha quedan pendientes de terminación 12 201 CBH con financiamiento otorgado. Están en ejecución 7 254 en diferentes etapas constructivas, en terminación 2 539 y sin iniciar 4 947.
El Presidente de la República analizó que las CBH tienen una concepción progresiva que parte de la construcción inicial, en 25 metros cuadrados, del módulo básico de una vivienda, el que luego puede irse ampliando para elevar el confort y calidad de vida de sus habitantes.
Estas unidades habitacionales generan, además, por concepto de elaboración local de materiales de la construcción, nuevos empleos e ingresos, y permite levantar más casas. ¿Por qué cuesta tanto trabajo terminar las CBH? Preguntó el Jefe de Estado. Porque no se les dedica el tiempo y el esfuerzo que llevan, denunció.
Otra situación criticada, en específico por el Premier, Manuel Marrero Cruz, fue la mala interpretación dada al Acuerdo No. 8574 del Consejo de Ministros, que ha propiciado que hogares construidos de forma ilegal años atrás, pero que ahora se legalizan, estén siendo reportados como nuevas viviendas terminadas por autoridades territoriales.
El Acuerdo No. 8574 se adoptó para resolver en un plazo de seis años la situación de las viviendas que fueron construidas de forma ilegal, pero que se hicieron en consonancia con las regulaciones urbanísticas establecidas; sin embargo, están engrosando impropiamente los nuevos inventarios habitacionales, incluyendo unas cuantas que tienen condiciones de precariedad.
(Granma)