Granma
La Habana, 3 ene (RHC) El gobierno de Estados Unidos, presidido entonces por el republicano Dwight Eisenhower, el 3 de enero de 1961 rompe de forma unilateral las relaciones diplomáticas con Cuba, dando inicio a un período de hostilidades hacia la nación caribeña que se extendió por más de medio siglo.
Este hecho se produjo 17 días antes de que el demócrata John F. Kennedy asumiera la presidencia de la nación norteña, luego de haber ganado las elecciones de noviembre de 1960, de ese modo tendría que iniciar su mandato enfrentando los hechos consumados.
Después del triunfo de la Revolución cubana, Eisenhower inició una sistemática escalada de agresiones económicas, sabotajes, campañas de calumnias, tratando de sumir en un total aislamiento al archipiélago, además de organizar y financiar una invasión mercenaria que fue ejecutada por su sustituto Kennedy en abril de 1961, constituyendo una bochornosa derrota para el imperio.
El 17 de diciembre de 2014 con la administración de Barack Obama las dos naciones decidieron activar sus vínculos diplomáticos, los cuales fueron oficialmente restablecidos el 20 de julio de 2015.
John Kerry fue el primer Secretario de Estado estadounidense en visitar Cuba en 70 años, cuando asistió a la ceremonia de izamiento de la bandera en la embajada norteamericana en La Habana.
Treinta meses después de que Obama iniciara el histórico deshielo con Cuba, el nuevo presidente Donald Trump da marcha atrás en el proceso e implementa nuevas acciones hostiles contra el archipiélago. Desde que estaba en campaña electoral, Trump advirtió que revertiría el acercamiento hecho por la administración de Obama.
Ya al frente de la Casa Blanca, en 2017, el presidente estadounidense retiró al 60 por ciento de personal diplomático en La Habana y ordenó la salida de 15 diplomáticos de la embajada de Cuba en Washington.
Durante su primera participación en Asamblea General de la ONU, Trump afirmó que “no levantaremos las sanciones al Gobierno cubano hasta que haga reformas fundamentales".
El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, afirmó recientemente que el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, en 2022 mantuvo la política de máxima presión de su antecesor Donald Trump, dirigida a colapsar la economía de la isla.
En su cuenta en Twitter, el ministro de Relaciones Exteriores subrayó que Washington estimuló acciones desestabilizadoras, acompañadas de operaciones de desinformación para intentar culpar a la isla del impacto de políticas inhumanas de abuso de Estados Unidos.
Durante los 14 primeros meses de la gestión del presidente Joe Biden, los perjuicios ascienden a seis mil 364 millones de dólares, lo cual significa más de 15 millones de dólares diarios en daños, agregó.
El jefe de la diplomacia cubana apuntó que la resistencia de la nación caribeña y el creciente llamado internacional a que se retire Cuba de la unilateral lista de países patrocinadores del terrorismo, “evidencian el aislamiento de esa política genocida de Estados Unidos que hace sufrir a la población cubana”.
