El acontecimiento, que pervive en las generaciones presentes como símbolo de lucha y fe inquebrantable en la victoria.
Cinco Palmas,18 dic (RHC) Con un acto político-cultural a propósito del aniversario 67 del suceso, cubanos de varias generaciones evocaron este lunes en Cinco Palmas, paraje serrano del municipio de Media Luna, el histórico reencuentro de Fidel Castro, su hermano Raúl y otros expedicionarios del yate Granma.
Considerado entre los más emotivos de la última etapa de las gestas libertarias de la nación, el hecho tuvo lugar en igual fecha, pero del año 1956, 13 días después de la derrota en Alegría de Pío, y a 16 del difícil desembarco por el sitio de Los Cayuelos, en las costas de Niquero.
Participantes en la rememoración destacaron el ejemplo de sus protagonistas y la trascendencia del acontecimiento, que pervive en las generaciones presentes como símbolo de lucha y fe inquebrantable en la victoria, sin importar cuán difíciles sean las circunstancias.
Estudiantes, profesionales de distintas esferas y vecinos del lugar, junto a autoridades políticas, gubernamentales y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la provincia de Granma y la localidad sede, reafirmaron su apego a esas históricas convicciones, que determinaron el triunfo definitivo de la Revolución Cubana, el primero de enero de 1959.
Con la certeza de que ahora corresponde defender el sueño conquistado ayer, nuevos ingresos recibieron el carné acreditativo como militantes del Partido Comunista de Cuba y la UJC.
La historia refiere que, entre Los Cayuelos y Cinco Palmas, los expedicionarios reagrupados anduvieron a pie, entre montes y prácticamente sin alimentarse, unos cien kilómetros.
Al emblemático paraje, que actualmente ostenta la categoría de Monumento Nacional, Fidel llegó en compañía de Faustino Pérez y Universo Sánchez, gracias al apoyo de campesinos como el Comandante de la Revolución Guillermo García y otros colaboradores de la red organizada por la heroína Celia Sánchez.
El reencuentro sucedió a la luz de la luna, en un cañaveral de la finca del campesino Mongo Pérez, donde se fundieron en un abrazo el Comandante en Jefe y su hermano Raúl, y sobrevino el inolvidable grito de ¡Ahora sí ganamos la guerra!. (Fuente:ACN)