Johana Tablada.
Washington, 9 mar (Prensa Latina) Para no admitir la falta de voluntad de cambiar la política hacia Cuba, el Gobierno de Estados Unidos sigue apelando a razones demagógicas, la distorsión y la manipulación engañosa de pretextos.
Así afirmó en diálogo exclusivo con Prensa Latina, Johana Tablada, subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, quien se encuentra en visita de trabajo en esta capital.
En estos momentos no solamente el gobierno, los sectores más conservadores o más anticubanos de la sociedad estadounidense utilizan pretextos como que en Cuba hay bases militares de países extranjeros o que el Gobierno de Cuba está en un programa para enviar soldados a Ucrania, dijo.
“Es absolutamente falso y ha sido desmentido al igual que la acusación de las bases chinas que todas las semanas lo pone The Wall Street Journal con total impunidad y sin apego a ninguna evidencia”, subrayó la diplomática.
La diplomática se refirió al “permanente engaño con el tema de los derechos humanos en el cual el Gobierno de Estados Unidos otorga un tratamiento privilegiado a aquellas personas que han sido objetivo o destinatarios de sus proyectos de financiamiento para sus programas de intervención en la política interna de Cuba”.
Esos individuos -añadió- “después son presentados como los héroes que no son, pues no tienen respaldo en nuestra sociedad”.
Enfatizó que al favorecer a esas personas, muchas de las cuales ni siquiera viven en Cuba, se pretende justificar la permanente y real violación de los derechos humanos de millones de cubanos, niños, mujeres y ancianos a los cuales se les está privando por diseño de sus derechos fundamentales. Se les priva, además, de su derecho a tener una relación normal con el resto del mundo, normal con Estados Unidos y de desarrollarse a su real y máxima capacidad, advirtió la funcionaria.
Al referirse al tema de las relaciones entre los dos países, Tablada explicó que “la política del Gobierno de Joe Biden ha seguido en esencia la política del Gobierno de Donald Trump”.
La mayor parte o la inmensa mayoría de las medidas son de máxima presión, medidas extremas, inhumanas, dirigidas a evitar que ingresen a la economía cubana y a nuestra población fuentes para su sustento con el propósito de desestabilizar el país y de eventualmente provocar el derrocamiento de la Revolución, acotó.
Recordó que con esa postura Biden “está faltando incluso a la promesa electoral de que aquellas medidas inhumanas que afectaban a la familia cubana iban a ser levantadas”.
En 2024, aun existe la posibilidad de un segundo mandato del presidente Biden, pero también de que en enero de 2025 retorne lo que yo digo ‘el equipo de demolición del presidente Trump’”, afirmó Tablada.
Consideró que el triste legado de esta administración “sería la ola migratoria más grande de la historia de Cuba que ha sido muy lamentable para la población cubana, para la familia cubana”.
Advirtió que esa situación es “resultado de esa apuesta irracional insensible y desconectada de la realidad, de pensar que con privar a las personas de sustento, de cortar todas las fuentes de ingreso a la economía cubana, va a lograr descarrilar un proceso como el nuestro de independencia y soberanía”.
Johana Tablada reiteró que esa es una política que se aplica desde 1959, cuando triunfó la Revolución cubana, y no ha funcionado en ese objetivo principal de doblegar la voluntad del pueblo de Cuba de seguir adelante.
“Debemos reconocer y admitir que han tenido éxito en deteriorar el nivel de vida de las cubanas y de los cubanos, que han tenido éxito en provocar una situación difícil para nuestra población”, expresó.
VÍNCULO DIRECTO
Lo cierto -apuntó- es que cada día resulta más difícil sino imposible ocultar que hay un vínculo directo entre el impacto de las medidas de máxima presión de Trump mantenidas por Biden y la ola migratoria producida desde que Cuba fue fraudulentamente incluida, injustamente, en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
“Como sabemos no es una calumnia más, esa es una medida que va directamente a la yugular de la economía cubana”, sentenció la diplomática al referirse a la arbitraria designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo.
El Gobierno de Estados Unidos -sostuvo- no ha tenido éxito en aplicar esa lógica tan torcida de que si se aprieta el bloqueo finalmente va a provocarse una situación de revuelta, de desestabilización de nuestra población, para culpar al Gobierno de Cuba del impacto de las medidas tomadas por ellos.
Pero sí tenemos que admitir que ha existido un impacto muy severo, muy doloroso, en el nivel de vida de la familia cubana que hoy ve afectada su canasta básica, los precios del transporte, la posibilidad de ingerir los alimentos que se necesitan y la idea de ellos es que esto se debe a que Cuba es un Estado fallido, esa es la narrativa que se repite, señaló.
La funcionaria de Exteriores anticipó que están reuniendo datos de las multas aplicadas por el Departamento de Comercio a los socios comerciales de Cuba “y han roto el récord de años anteriores”.
Entre las medidas implementadas con toda su fuerza contra la isla está una de las más criminales e innobles que hace el Gobierno de Estados Unidos, la operación de desinformación con la cooperación médica de Cuba.
Este gobierno también excluyó a Cuba de la revisión de las medidas unilaterales coercitivas que afectaban a la capacidad de los Estados de luchar contra la Covid-19, enumeró.
Pero es importante hacer una separación entre la posición del Gobierno de Estados Unidos, el mismo que ha vuelto la cara a los llamados crecientes dentro de la sociedad estadounidense, incluyendo el Congreso, y los sectores académicos, económicos, políticos, sociales, científicos, de derechos humanos, jóvenes y el movimiento de solidaridad.
Se han adoptado en Estados Unidos más de 108 resoluciones para que se saque a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, para que se levante el bloqueo, para que se coopere con Cuba en áreas de salud, las cuales deberían ser objeto de colaboración y no de persecución, insistió.
Johana Tablada reiteró que Cuba está sometida a una operación engañosa, a una lógica “en la que yo hago todo lo que pueda para asfixiar tu economía y al mismo tiempo estoy financiando una operación de desinformación permanente y sistemática con cientos de millones de dólares para responsabilizar a la víctima del impacto de esas medidas”.
Lo curioso en esto -indicó- es que las mismas organizaciones y plataformas que tienen altas contribuciones del Gobierno de Estados Unidos son los protagonistas de esta operación de desinformación.
IMPORTANTES RESORTES
“El pueblo de Cuba confía mucho más en la solidaridad que es muy grande, en la decencia y el decoro de esas instituciones que siempre van a extender la mano a un país que como pocos ha estado tendiendo la mano para ayudar a todo el que lo ha necesitado”, dijo.
Con más de 30 años de carrera diplomática y un amplio conocimiento de este país, Tablada explicó cómo ha podido distinguir muy bien que una cosa es la política de los gobiernos estadounidenses, envejecida, fracasada y con el propósito de doblegar la voluntad de los cubanos, que la población de Estados Unidos.
Mencionó a ese Estados Unidos con sus universidades, sus centros científicos, sus grupos sectoriales o gremiales, agricultores, profesores, maestros, que aun en medio de la narrativa de que Cuba es una dictadura y es el Estado totalitario invitan a una relación civilizada entre ambos lados.
Pregunto quién impide que viajen los estadounidenses a Cuba o los cubanos a Estados Unidos que hoy solo pueden venir para emigrar; quién es el que tiene la lista de hoteles en los que no se pueden alojar; o las empresas de terceros países con las que tampoco se pueden tener relaciones porque pueden ser sancionadas.
Está muy claro y yo pienso que los estadounidenses por razones políticas electorales, por la corrupción que tiene el sistema electoral estadounidense, donde un pequeño grupo puede adueñarse de un tema tan importante como la política exterior para preservar privilegios.
Así ocurre con la propuesta de la congresista republicana María Elvira Salazar, que quiere perpetuar la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo “lo cual es un desastre y estoy segura que eso no se va a aprobar”, pronosticó.
Pero tampoco sabemos quién vendrá en enero ni quién controlará, este es un país donde están muy polarizados, donde hay fuerzas emergentes casi de corte fascista, y donde se han puesto de moda incluso valores de barbarie que son anticivilizatorios como el racismo, la xenofobia y la discriminación.
Resumió que en esta semana de trabajo en Washington DC sostuvo más de 20 reuniones en distintos sectores, en universidades con instituciones que están interesadas en tener negocios con Cuba y nacionales residentes aquí también.
Además, comentó que intercambió con representantes de entidades que quieren cooperar con Cuba, como ocurrió con la vacuna de cáncer de pulmón, y “muchos quisieran ampliar eso”.
La subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos de la Cancillería cubana se entrevistó igualmente con miembros del Congreso, tanto de la Cámara de Representantes como del Senado.
Señaló que el número de estadounidenses que viajó a Cuba en 2023 aún no es como el de 2018 que resultó un año récord, pero más de 200 mil cubanos fueron y más de 100 mil estadounidenses estuvieron en “nuestro país a pesar que no están permitidas las visitas individuales”.
Recalcó que viajaron “a pesar que no se pueden hospedar en los hoteles porque forma parte de esa política de presión y de extorsión, y por otra parte creo que han caído muchas excusas y pretextos, y máscaras de los políticos que han hecho su carrera sobre la base de torturar a un país que no conocen, que la gran mayoría ni siquiera nació allí ni lo han visitado”.
“El tema Cuba se utiliza con razones políticas para obtener beneficios, contribuciones y para repartir ese dinero que logran con los años que apruebe el Gobierno de Estados Unidos”, afirmó.
La diplomática hizo hincapié en que todo ello es con el propósito de “intervenir en los asuntos internos para aprobar proyectos de cambio de régimen y para financiar las operaciones de desinformación y de noticias falsas”.
Lo que no pierdo la esperanza, me voy optimista no de que haya alguna señal, porque nosotros no vemos honestamente voluntad real y no se puede cambiar esta política de abuso, de medidas extremas si no existe esa voluntad política para ello, pero por otra parte sí vemos mucha presión e interés en sectores diversos de la sociedad norteamericana, subrayó.
Hemos reiterado al Gobierno de Estados Unidos y a nuestras contrapartes aquí que sigue en pie la posición del Gobierno de Cuba de avanzar hacia una relación civilizada, de encontrarnos en cualquier mesa de conversación donde haya un tema en el cual exista interés común.
“En 2023, no es un secreto para nadie, se restablecieron, aun cuando se han mantenido las medidas más duras que afectan la vida de los cubanos y las cubanas, determinados espacios de cooperación e intercambio con el Gobierno de Estados Unidos”, argumentó la funcionaria de la Cancillería.
Para Johana Tablada eso también demuestra la buena voluntad del Gobierno de Cuba en total coherencia con las aspiraciones de su pueblo, de vivir en paz con su vecino más cercano.