Foto: Ricardo López Hevia
La Habana, 29 abr (RHC) En Cuba, hace mucho que el 1ro. de Mayo dejó de ser una fecha exclusiva para la masa obrera de la Isla. Toda generación, nacida después de aquel enero luminoso, puede dar fe de ello.
Lo cierto es que, más allá de las convocatorias sindicales, de las iniciativas desbordadas en cada centro laboral, también entra en los hogares cubanos el poderoso movimiento popular que genera la fecha, y mientras algunos se preparan para asistir al desfile, los que no lo harán, también se sienten partícipes.
Un leve repaso visual a la masa patriótica que inunda las calles, basta para descubrir en la multitud familias enteras, personas de todos los grupos etarios, que tal vez no aporten ahora a la producción, los servicios, la cultura…, pero se saben protagonistas de algo más grande y hermoso: la obra de la Revolución.
No nos dejarán mentir nuestros valiosos profesionales del lente si digo que, no pocas veces, la foto más hermosa de un desfile es aquella en la que un padre lleva sobre los hombros a su hija, o un abuelo y su nieto muestran juntos una imagen de Fidel, o mamá orgullosa convierte el disfraz de su hijo en la peculiar iniciativa de un bloque sindical.
Esa primera jornada del quinto mes del año es un inigualable pretexto para compartir en familia, para sumar empeños, para honrar los ejemplos de la gente humilde y trabajadora a cuyo árbol genealógico tenemos el orgullo de pertenecer. Eso hace que el nuestro sea un 1ro. de Mayo excepcional, emotivo siempre, cargado de sentimientos que se desprenden del compromiso y el amor por Cuba y con los horcones de nuestra herencia sanguínea.
Es reconfortante saber que la llamada fiesta de los trabajadores (porque en este país es una fecha de alegrías y de esperanzas), también lo es en igual medida de pasadas, presentes y futuras generaciones. Cada una de ellas es imprescindible en la construcción del socialismo, en la creación de la riqueza colectiva, en el empuje con el que le hacemos frente a los obstáculos y derribamos las barreras que se interponen en el camino elegido.
En pocas horas volveremos a vivir ese momento siempre inolvidable y único. Miles de niños en Cuba serán los primeros en despertar, miles de abuelos servirán de madrugadora retaguardia, el cartel que llevará el joven de reciente incorporación laboral será fruto de una construcción colectiva en casa...
Nada es casual, la cubana es una familia que trabaja, emprende, crea y celebra su 1ro. de Mayo, porque sabe que servirles de puntal a los suyos, es también un modo de servirle a la Patria. (Fuente: Granma)