París, 1 jun (RHC) Juan Carlos Marsán, funcionario del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, resaltó las relaciones históricas y de hermandad entre la isla y África.

África es parte esencial de nuestra historia, afirmó al intervenir en una mesa de trabajo sobre el tema efectuada en el contexto de la Conferencia internacional por la paz y el progreso, organizada por el Partido Comunista Francés (PCF).

Marsán remarcó que más de un millón 300 mil hijos de ese continente fueron llevados por la fuerza a trabajar como esclavos en los campos de Cuba. Con ellos, llegaron de manera inseparable sus grandes valores, costumbres, creencias religiosas y una rica cultura que constituyeron trascendentales aportes a la formación de la nacionalidad cubana, significó.

Sangre cubana se derramó en suelo africano, "constituyendo una modesta contribución al fin del oprobioso régimen del apartheid en Sudáfrica, a la independencia de Namibia y de otros países de esa región", enfatizó.

En esta larga historia de cooperación internacionalista, más de 30 mil colaboradores en áreas de salud, educación, deporte, ciencias y otras especialidades, han prestado su servicio en dicho continente, subrayó.

Dentro de esa cifra, puntualizó, se incluyen los 256 profesionales de la salud, que prestaron valiosos aportes en la lucha contra el ébola en Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona.

El funcionario acentuó que la colaboración con África es un componente esencial de la política exterior de la Revolución cubana hacia las naciones del llamado Tercer Mundo, basado en principios solidarios y humanistas.

Reconocemos el consistente apoyo de sus gobiernos, personalidades, organizaciones y pueblos a la lucha contra el bloqueo que el gobierno estadounidense continúa aplicando contra nuestro pueblo, añadió.

A su juicio, África es un continente de una gran riqueza y diversidad. A pesar de la crisis económica global, muestra progresos económicos y sociales que la comunidad internacional debe apoyar.

Con solo la mitad de los fondos que dedican hoy las grandes potencias al desarrollo armamentista, sería posible resolver los graves problemas de salud, educación, empleo y acceso al agua potable que sufren los países subdesarrollados, recalcó.

Por ello, aseveró Marsán, es necesario cambiar el injusto orden económico internacional, promover la cultura de la paz, la cooperación y la solidaridad.

La Conferencia tuvo lugar la víspera del inicio del XXXVII Congreso del PCF, que concluirá el 5 de junio.