Las personas no siempre muestran síntomas cuando están infectadas con el virus del Ébola, según un estudio de investigadores de la Universidad Stanford (EEUU), que sugiere que la reciente epidemia pudo ser más amplia de lo que se creía.
Gene Richardson, el médico que dirigió el estudio en Stanford, dijo hoy a Efe que el número oficial de 28.000 casos "no representa la cantidad de infecciones" que hubo durante la epidemia registrada entre 2014 y 2015.
Para Richardson, si se pudieran contabilizar todos los supervivientes no registrados, es decir las personas que estuvieron enfermas pero que no fueron consideradas entre los casos por no mostrar signos, y se añadieran los individuos con síntomas mínimos "posiblemente" ese número se elevaría a "50.000 episodios de transmisión entre seres humanos".
"No necesariamente estos fueron casos, pero técnicamente tuvieron el virus", agregó el investigador.
El estudio, publicado hoy en la revista especializada PLOS Neglected Tropical Diseases, fue realizado en la aldea Suduku de Sierra Leona, uno de los países más afectados por el brote de Ébola entre 2014 y 2015.
Durante ese período, la aldea -de unos 900 habitantes- había sido uno de los sitios más críticos en la zona oriental del país, con 34 casos del virus de los que 28 fueron mortales.
Tras el brote, el equipo liderado por Richardson volvió a Suduku para tratar de analizar si las infecciones podían mostrar síntomas mínimos, pues algunos estudios sugerían esa posibilidad.
A través de una prueba ELISA, como se denomina la técnica de laboratorio que busca la presencia de anticuerpos en el organismo, los científicos examinaron a un grupo de personas que pudo estar expuesto a la enfermedad.
De esa forma encontraron a 14 individuos que tenían anticuerpos contra el Ébola, lo que sugiere que estuvieron infectados con el virus pero que durante el brote no fueron identificados como pacientes.
Además, 12 de ellos dijeron que no habían tenido síntomas, entre los que se encuentran fiebre, dolor de cabeza y muscular, sarpullido, vómitos, diarrea, problemas respiratorios y sangrados sin causa.
"Esto muestra que hubo más transmisión entre seres humanos de la que pensábamos", dijo Richardson sobre el estudio, que también se presentó este lunes en el encuentro anual de la Sociedad Norteamericana de Medicina Tropical e Higiene en Atlanta (EEUU).
Aún no se sabe si esos individuos asintomáticos pudieron transmitir el virus, pero para el investigador eso "no es probable".
Tanto Richardson como sus colegas de otras instituciones, que también colaboraron con este estudio, continúan trabajando en otras aldeas de Sierra Leona para lograr una cifra más precisa de afectados por la epidemia.
"El mayor objetivo es ayudar a comprender la transmisión del virus del Ébola, pero también queremos entender la gravedad real del brote", resaltó.
Entre 2014 y 2015, unos 28.000 casos de ébola fueron registrados en diez países y cerca de 11.000 personas murieron en ese período, lo que la convirtió en la mayor epidemia de la historia.