Roma, 5 abr (RHC) Unos 52 colaboradores cubanos en Crema ayudan a combatir la Covid-19 y refuerzan la confianza de los residentes en esa norteña ciudad italiana con vistas a superar cuanto antes la emergencia sanitaria.

Así lo considera Emanuela Nichetti, secretaria de Cultura y Turismo del municipio de unos 34 mil habitantes perteneciente a la región de Lombardía, quien en diálogo telefónico expresó que "nos sentimos aliviados cuando llegó la brigada médica cubana" porque "estábamos al límite de nuestras fuerzas".

Nichetti explica que Crema debía actuar como una especie de bastión con un hospital de frontera, para evitar que el contagio arribara a la ciudad de Milán, capital regional de poco más de 10 millones de habitantes, pero confiesa que "no teníamos fuerzas suficientes".

Los 36 médicos, 15 licenciados en enfermería y un especialista en logística fueron acogidos con simpatía por los "cremaschi" quienes presurosos los dotaron de ropa adecuada para las bajas temperaturas de la planicie padana, a raíz de su llegada el 22 de marzo último.

Eso continuó después con muchas muestras de gratitud y reconocimiento muy importantes, acota la secretaria, quien recuerda que al inicio hubo dificultades porque arribaban a un lugar nuevo, debían aprender cuáles eran los protocolos y los procedimientos, pero se adaptaron rápidamente.

Emanuela habla emocionada sobre la experiencia que se vive en la ciudad con los colaboradores cubanos, cuya llegada "fue una esperanza y nos hizo ver de nuevo la luz, porque la situación se estaba precipitando y muchos de nuestros médicos y enfermeros se estaban enfermando".

"Estábamos muy estresados enfrentando una enfermedad desconocida, había muchos muertos, nosotros somos un pueblo pequeñísimo y nos conocemos todos, era algo devastador desde el punto de vista humano, no poder estar cerca de los seres queridos que están muriendo, ni siquiera en los funerales".

La ausencia de esa cercanía física se siente, mucho más en ocasiones como estas, cuando familiares y amigos ven partir a sus seres queridos en circunstancias inimaginables hasta la aparición del Sars-CoV-2 el 21 de febrero en Codogno, localidad ubicada en la vecina provincia de Lodi.

Por lo tanto, puntualiza, encontrar a personas que vienen de otra parte del mundo arriesgando la vida, alejándose de sus familias, de sus casas, en nombre de un ideal alto, es una cosa importante que compartimos en el sentido de que la humanidad es una sola y que somos verdaderamente hermanos.

Conocedora de que "salud, educación y amor por la cultura son puntos firmes de la sociedad cubana" e impresionada por el altruismo de sus médicos y enfermeros Emanuela anuncia que aunque no le gusta viajar en avión, cuando concluya esta pesadilla visitará la isla pero con el temor de querer quedarse allá.  (Fuente: Prensa Latina)