La grabación siempre latente de íPégate al agua Felo, pégate al agua! resuena en los oídos de los cubanos, quizás ajenos a que Wilfredo Pérez (Felo) y Ángel Rodríguez, piloto y copiloto de la nave que estallara en las costas de Barbados eran hijos de Ranchuelo.

 En el poblado los recuerdan con especial cariño y Felo, permanece en el nombre del Instituto Preuniversitario Urbano (IPU) del municipio villaclareño, donde el mártir tiene presencia constante.

 Belquis Pérez, profesora de Física en la institución, habla de su tío con ojos mojados, más allá del tiempo transcurrido, y lo caracteriza como un ser muy natural y apegado a la familia, era -dice a la ACN- un hombre de pueblo.

 Contaba nueve años en octubre de 1976 pero la imagen de Wilfredo no se le olvida; era primo de su papá, explica, mas criados muy juntos, como si fueran hermanos y así se habla de él hasta hoy.

 Ella y su padre son los únicos familiares de Felo que todavía permanecen en Ranchuelo; la hija y nietas del piloto viven en La Habana y cada año visitan esta escuela, digno tributo a su papá y en general a las víctimas del terrorismo.

 Reinier Ricardo Rodríguez, joven de 31 años al frente del centro de estudios, refiere que estos encuentros sirven para el intercambio con los alumnos y que ahí se conocen las vivencias de las familias que quedaron truncas producto de la barbarie.

 Este seis de octubre, puntualiza el directivo, la matrícula de la entidad protagonizará un acto en homenaje a los 73 pasajeros que viajaban aquel fatídico día en la nave de Cubana de Aviación, en una manifestación de pueblo en el Parque de los Mártires del territorio; desde aquí ellos también clamarán justicia.

Tomado de ACN