por Neisa Mesa del Toro*
Paredón Grande, uno de los islotes que integran el archipiélago Jardines del Rey, figura entre los cayos casi vírgenes en el litoral norte de la región central de Cuba.
Su nula infraestructura constructiva y el poco ajetreo humano lo convierten en un sitio de naturaleza pura, donde habitan unas cien especies del reino animal, entre ellas un gran grupo de aves migratorias y residentes.
Con hermosos paisajes tropicales y una rica biodiversidad, resalta por sus playas de origen coralino, entre las que sobresale la de Los Pinos por su finísima arena, sus aguas cálidas y transparentes, sus pocas pendientes submarinas y las corrientes suaves.
Una gran laguna natural prevalece en la parte sur y sirve de refugio durante la etapa invernal a variedades de plumíferos que llegan desde el norte de Estados Unidos y de Canadá.
Aunque carente de hoteles, es visitada por turistas amantes de la pesca al fly, del buceo contemplativo o que gustan de una excursión en contacto directo con su flora silvestre y sus animales nada agresivos contra el hombre.
Un sello distintivo del cayo es el faro Diego Velázquez, construido a mediado del siglo XX, cuyo nombre hace alusión al primer colonizador de Cuba.
Situada sobre un peñasco al norte de Paredón, la majestuosa obra de hierro fundido constituye un elemento significativo en la ingeniería cubana de alto valor.
Con más de un siglo de existencia y castigado por los embates de huracanes, el centinela luminoso continúa emitiendo su destello para orientar a cientos de barcos que cruzan el canal Viejo de Bahamas, a tres millas de la costa norte de Ciego de Avila.
Paredón Grande debe su nombre a los altos farallones que bordean sus extremos y que a la vez funcionan como guardianes de las costas.
En sus áridos terrenos crecen mangle rojo, hicacos, palma enana, cactus, yuraguano y lirios, mientras que en el mundo animal sobresalen garzas, alcatraces, palomas, rabihorcados y sevillas, entre otras especies y variedades.
Perteneciente a la Reserva de la Biosfera Buenavista, sobresalen en él los bosques de yuraguano, principalmente, en playa Los Pinos, como elementos naturales de alta significación.
Clasificado como muy frágil y estrecho, posee escasas formaciones vegetales, con predominio de matorral xeromorfo, poco llamativo, pero con una riqueza florística excepcional.
En su interior se localizan tres únicas especies de la flora y la fauna en la región: el cactus, de la familia Consolea Millspaughi; el Víreo de las Bahamas, y el Frailecillo Silbador (Pipig Plover),este último muy seguido mundialmente por ser una especie casi extinguida.
Extraordinarios fondos marinos, compuestos por sectores de la barrera coralina que bordea el litoral, sirven de hábitat a gran cantidad de animales acuáticos, además de constituir un escenario divino para la práctica del buceo.
Arrecifes coralinos que aparecen en forma de crestas o promontorios, tapizando cantos y terrazas rocosas y en barras alternadas con canales de arena, son elementos que caracterizan las profundidades.
El coral pétreo Montastraea cavernosa es el más abundante, además de unas 30 especies de gorgonáceas e invertebrados conocidos comúnmente como ramajos.
Cayo Paredón Grande está incluido en el proceso inversionista que se desarrollará en Jardines del Rey en la próxima etapa, si bien mantener su originalidad depende del cumplimiento de las normas medioambientales a la hora de construir hoteles y otras obras recreativas, evitando agredir los ecosistemas.
* Corresponsal de Prensa Latina en Ciego de Ávila.