Por Luz María Martínez
Muchos confunden a Villa Clara, nombre de una de las provincias centrales, con la denominación de la ciudad cabecera de ese territorio, apelativos que utilizan indistintamente y no es para menos por las variadas designaciones que tuvo la urbe desde sus orígenes.
Ciego de Santa Clara, designación que figura en los inicios, fue tomado de la hacienda donde se fundó, también recibió las de Santa Clara de la Sabana de los Remedios del Cayo, Cayo Nuevo, Villa Nueva de Santa Clara del Cayo y sus pobladores preferían decirle Pueblo Nuevo de Antón Díaz.
Dicen los historiadores que producto de su nacimiento, en 1689, precisamente el 15 de julio, fecha consagrada por el ritual católico a la virgen de Santa Clara de Asís, deciden llamarla Gloriosa Santa Clara.
Más tarde, el capitán general de la Isla, Viana de Hinojosa, la declaró Villa y el sentido sintetizador del lenguaje la llevó a Villaclara.
A propósito de los primeros asentamientos de Trinidad, Sancti Spíritus, Remedios, Santa Clara y Cienfuegos, nacen las Cinco Villas que pronto se nombró Las Villas, de ahí que quedó ese nombre para el territorio, y Villaclara para la urbe.
En virtud de la Real Orden del 9 de junio de 1878, el primero de enero del año siguiente, se divide la Isla en seis departamentos, al del centro lo llaman Santa Clara y también al municipio, a este último designándolo capital del territorio.
La división político-administrativa se mantuvo hasta 1940, en que constitucionalmente se adoptó otra que establecía que la provincia cambiaba su nombre por el de Las Villas, integrada por Cienfuegos, Sancti Spíritus y Santa Clara, la última como capital territorial.
Una organización político-administrativa actual divide a Las Villas en tres territorios, uno con el nombre de Villa Clara y su capital Santa Clara, publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición extraordinaria tres, del 5 de julio de 1976.
En relación con los nombres, la urbe se conoce también como la ciudad de Marta, en relación con Doña Marta Abreu, benefactora de la localidad, y del Che, por el amor de la población hacia el revolucionario que comandó la liberación citadina en 1958 y donde se custodian sus restos desde 1997.
(Tomado de la ACN)