Por: Guadalupe Yaujar Díaz.RHC
El cubano Cayo Las Brujas, en el Archipiélago Jardines del Rey, es dueño de maravillosos arrecifes de coral, la segunda concentración de arrecifes del mundo después de Australia.
Una esbelta y vigilante escultura femenina da la bienvenida a los visitantes, primer indicio de una leyenda de amor y hechicería tejida junto a paisajes que marcarán a quienes lleguen hasta el lugar.
Según el imaginario popular en la época de colonia, uno de los pescadores que se ganaba la vida en aquel mar vivía junto a su familia en el cayo.
Su hija, en la flor de la juventud y encantadora belleza, se enamoró de un hombre que vivía en un islote vecino. La oposición del padre de la muchacha a la relación hizo que los enamorados buscaran alternativas para demostrar su amor.
Comenzaron a verse en un monte escondido donde podían tener la privacidad y consumar sus deseos al tiempo que burlaban las incomprensiones familiares.
A fin de ganar seguridad y evitar que alguien visitara aquellos parajes y los descubriera, propagaron rumores sobre fantasmas y ruidos tenebrosos que provenían del sitio donde, a escondidas, eran felices.
Pero cuando por casualidad alguien vio a la bella joven internarse en el bosque la asociaron con una bruja, imprevisto que afectaba a los amantes.
Cuenta la leyenda de las sospechas de los hermanos de ella, quienes al indagar y descubrirlo todo embriagaron al novio para que se ausentara al próximo encuentro.
Él enamorado joven, cuando despertó, solo vio ante él una breve aparición que se desvaneció rápidamente. A partir de entonces comenzó a buscar a su adorada doncella, pero nadie más la vio.
Según dicen, su espíritu triste, por el supuesto abandono del novio, quedó en manos de las brujas.
Dos kilómetros de playa de cristalinas aguas y tropical naturaleza -que conecta con el Circuito Norte en un punto situado a 3 Km al Este de Caibarién- y cercana al canal de las Bahamas, devienen carta de presentación.
Al sitio, situado frente a la costa norte de la provincia de Villa Clara en la parte central del país y - hasta hace poco tiempo casi secreto - se llega a través de una carretera (conocidas en Cuba ya como pedraplenes) construida sobre una base de rocas depositada sobre el fondo marino.
Esta carretera, joya ingeniera avalada por el Premio Puente de Alcántara a la Mejor Obra Civil Iberoamericana, da acceso directo en primer orden a Cayo Santa María, Los Ensenachos y dan paso a “Las Brujas”. Este se inserta en un grupo de cayos (pequeñas islas), conocidos como Cayos de la Herradura con más de 500 islotes dispersos en un área de espectaculares aguas con una superficie de más de 1300 Km2 que atrapan a quienes lo visitan.
Las Brujas está enmarcado en un entorno cercano a los pueblos Caibarién, de pescadores, y la añeja Remedios –centro colonial muy bien conservado- y conocido por “Las Parrandas”, popular fiesta típica de la villa que se celebran los días 24 y 25 de Diciembre.
Mientras, desde los cayos puede accederse también a Santa Clara, la capital provincial de Villa Clara, sede del Mausoleo al Che Guevara dista a 110 Km desde los cayos; y la colonial ciudad de Trinidad,– el mejor conservado de América – lugares de interés históricos..
Y más que una joya del destino turístico del país, como toda suerte de encantos, de su historia proviene el nombre del cayo que perpetúa la leyenda, una esbelta figura de mujer que nos recibe, como símbolo protector.