Por: Lorena Viñas Rodríguez
Ha pasado más de una década de aquel fatídico día en que la muerte, sin objeción, llevó consigo un "Montón de Estrellas". Cuba entera se estremeció y cientos de personas compartieron la misma pena: el Guajiro Natural, como gustosamente le llamaban todos, perdía la vida tras sufrir un accidente de tránsito.
Llegó y se fue de forma fugaz. Un 5 de junio de 1955 la Sierra del Rosario lo vio nacer envuelto de música y de un talento natural que las escuelas no enseñan. Sus padres Julio y Lucrecia, de estirpe campesina y cuna humilde, lo bautizaron entre el fuero del trabajo y las tonadas campesinas.
A la edad de siete años Fernando Borrego Linares hacía vibrar las cuerdas de la guitarra con perfecta coordinación, tocaba la tumbadora y cantaba en los guateques y serenatas del lomerío.
Reconocido en el ámbito artístico como Polo Montañez, no conoció más escuela que su padre, tal vez de ahí proviene su música sencilla y auténtica. Comenzó como un aficionado más con la única excepción de que su producción volvió a traer a la Isla, géneros ya relegados por las modas coterráneas.
En medio de tierras de cultivo y carbón El Guajiro Natural concibió una obra de vida con más de 100 composiciones, las primeras de ellas engavetadas porque no las consideraba de valor.
Para 1994 se dedicó definitivamente a la música y la comunidad de la Terrazas fue su escenario predilecto.
A pesar, de no haber sido en mucho tiempo profeta en la nación "Si se enamora de mi", “Amanece el Nuevo Año", "Cómo será mañana" y por supuesto su inolvidable "Montón de Estrellas" figuraron en los primeros lugares de las listas de éxitos.
Muchas generaciones de cubanos y extranjeros tararearon sus letras llenas de colorido y lirismo que hacían alusión a las relaciones amorosas, la figura humana y la popularidad artística.
Sus tonadas irrumpieron la quietud de los hogares y relegaron a un segundo plano a artistas antes gustados.
El Guajiro Natural, Guitarra Mía y Memoria constituyeron sus producciones discográficas las cuales fueron vendidas por todo el mundo. Con ellas obtuvo galardones tales como los discos de Platino y Oro en Colombia.
A pesar de su efímera carrera musical, sus guarachas, sones y boleros conquistaron miles de corazones. A más de una década de su fallecimiento, Polo Montañez sigue escuchándose, y sus canciones coreándose entre la gente de pueblo porque el Guajiro Natural, vino para quedarse en los recintos de este mundo.