Por: Charly Morales Valido*
Lo preocupante no es que alguien crea que el cambio climático es una leyenda urbana: lo que realmente quita el sueño es que lo crean Donald Trump y otros que pudieran hacer algo al respecto, pero no lo hacen.
Para el meteorólogo cubano José Rubiera es imperante actuar mientras se pueda, antes de que el problema alcance un punto de no retorno…
Y cuando Rubiera habla, hay que oírlo. De hecho, varias generaciones de cubanos han crecido escuchando sus partes del tiempo, y lo que diga sobre ciclones y tormentas tropicales va a misa.
Porque sabe lo que dice, y porque lo sabe decir, Prensa Latina conversó con él durante su reciente visita a El Salvador, un país donde comunicación y ciencia no siempre andan de la mano.
Tal desfasaje alarma porque hace apenas un lustro El Salvador encabezaba la lista de las naciones más vulnerables a los embates del cambio climático.
Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el 88,7 por ciento del territorio es considerado zona de riesgo, y en esa área se asienta el 95,4 por ciento de la población.
Por ello, El Salvador sufre anualmente pérdidas de hasta el 60 por ciento del valor de la inversión pública debido al impacto de la naturaleza: además de los terremotos; las inundaciones, los deslizamientos y las tormentas eléctricas son azotes habituales de la infraestructura y la vida en El Salvador.
Una serie de políticas públicas implementadas por los gobiernos del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) sacaron al país de la nada envidiable cima, pero las amenazas persisten.
El llamado Pulgarcito de América ocupa actualmente el puesto 49 entre las naciones más vulnerables. Mediante un intenso programa de reforestación y restauración de ecosistema es enfrentado el problema de la deforestación, la erosión de los suelos y la pérdida de recursos hídricos.
Además, fue implementado un robusto sistema de monitoreo integrado por una red de radares y estaciones que vigilan los indicadores ambientales y brindan servicios de información en tiempo real. Sin embargo, una cosa es contar con la información, y otra hacérsela llegar al ciudadano común.
'La información meteorológica no está desarrollada en El Salvador. Hay profesionales capaces, pero el pronóstico más exacto es inútil cuando no le llega a la gente', enfatizó este fiel seguidor del precepto martiano de poner la ciencia en lengua diaria, vocación que entraña responsabilidad, carisma, pero sobre todo conocimiento.
En su criterio, El Salvador avanzó en el uso de las redes sociales para transmitir informaciones puntuales, pero para educar al pueblo y crear una que le permita encarar mejor las amenazas, es preciso un acercamiento constante, y más en un país con casi cinco mil sismos al año, ocho volcanes activos y una intensa época de lluvia.
La agenda de Rubiera incluyó talleres con periodistas, conferencias en la Universidad de El Salvador y el MARN, en las cuales compartió la experiencia de Cuba en la vigilancia, la comunicación y la respuesta ante fenómenos naturales de alto potencial destructivo, como ciclones y huracanes.
Al respecto, aseguró que los indicadores actuales sugieren una temporada ciclónica poco activa, pero alertó contra el exceso de confianza.
Factores como las aguas particularmente frías en el Atlántico o la nube de polvo desértico proveniente del Sahara disminuyen las posibilidades de que se forme un ciclón que afecte el Caribe, aunque no lo descartó.
De hecho, señaló que 1995 tuvo una temporada activa pero inocua, pues ninguna de las 22 tormentas afectó a los países caribeños, mientras que en 1930 se formaron solo tres ciclones, pero uno de ellos devastó a Santo Domingo.
Tal pronóstico contradice los modelos internacionales elaborados en abril a partir de lecturas de indicadores que han variado.
Rubiera no es Nostradamus, y en materia de meteorología nadie lo es. Hay pocas certezas respecto al clima, y una de ellas es que, aunque algunos lo nieguen, la temperatura de la Tierra aumenta paulatinamente.
La salida de Estados Unidos y otras potencias del Acuerdo de Paris (COP-21) sobre cambio climático empeora una situación ya de por sí extrema. El presidente Salvador Sánchez Cerén alertó en Naciones Unidas sobre un retroceso que afecta a todas las naciones, incluso a las que, como El Salvador, no son grandes emisoras de gases de efecto invernadero.
Al respecto, Rubiera enfatizó que 'negar el cambio climático es vivir fuera de la realidad. Existe y lo notamos, por ejemplo, en la formación de ciclones tropicales cada vez más fuertes y duraderos'.
'La humanidad debe tomar medidas mientras el problema sea reversible. Creo que aún lo es, pero no por mucho tiempo', advirtió el experto, ratificando aquello de que 'en la confianza está el peligro'.
*Corresponsal jefe de Prensa Latina en El Salvador.