El Mural de las Personalidades de la Calle Mercaderes

Editado por María Candela
2018-09-10 15:45:26

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Mural de las Personalidades, en la calle Mercaderes. Homenaje a los ilustres del silgo XIX.

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

Mercaderes es una de las más viejas y frecuentadas calles de la Habana Vieja en la urbe capitalina.

Podemos recorrer fácilmente sus cuatro cuadras de extensión, inicia en la Calle Tacón cerca de la Catedral de La Habana y termina en la histórica Plaza Vieja.

Es una de las calles mejor conservada del núcleo histórico de la capital de Cuba. Estrecha, adoquinada y peatonal en la que destacan las inmensas puertas de maderas preciosas, tejadillos y antiguas lámparas.

En la actualidad la pueblan museos, tiendas, restaurantes y proyectos sociales, lo cual constituye casi una réplica de la calle original que data del siglo XVIII.

De ahí hereda su nombre como reflejo del inmenso movimiento comercial en los establecimientos de tejidos finos, oro, plata y otras mercaderías dispuestos en ellos para consumir por los habaneros de la época.

El trasiego no disminuye, pero resulta difícil  transitar por  Mercaderes entre O´Reilly y Empedrado y no detenernos ante el “Mural de las Personalidades” que rinde homenaje a los ilustres del silgo XIX allí perpetuados.

El mural se levantó sobre un añejo muro de piedra que degradaba  la vista de la centenaria arteria y es copia fiel del otrora palacio del Marqués de Arcos, sede del Liceo Artístico y Literario de La Habana hacia 1844,institución que la obra vivifica, lugar que acogió a lo más selecto de las personalidades de la cultura cubana.

El Liceo, muy próximo a la Plaza de Armas, se ubicaba en el centro de la ciudad y ofrecía a los habaneros un espacio propicio para el intercambio de opiniones, escuchar conferencias y realizar actividades literarias y de las artes.  Además constituía un lugar abierto a las damas de la aristocracia para el lucimiento de su belleza y exhibición de sus joyas.

Plaza de Armas



En la obra, imaginaria escena de paseo, frente a la fachada del Palacio del Marqués de Arcos, aparecen los ilustrados guerreros independentistas Carlos Manuel de Céspedes, el "Padre de la Patria" para los cubanos, Gertrudis Gómez de Avellaneda, el Obispo Espada, la Condesa de Merlín; Brindis de Salas (una sola vez, a los diez años, tocó en sus salones) y el poeta Plácido, ambos excluidos por el color de su piel.

El autor, Andrés Carrillo hizo previo a su realización un minucioso trabajo de investigación sobre la época y utilizó en ella un material novedoso en Cuba que incluye una textura de piedra natural preparada a una medida del grano específica y embebida en resina acrílica.

De gran resistencia y durabilidad a la intemperie y el tiempo, con cuatro colores (marrón, rosa coral, negro y beige claro) obtuvo una gama tonal de 13 tintes que le dieron un acabado perfecto para "dibujar" a los ilustres.

El mural, además, contó con el trabajo del arquitecto Jaime Rodríguez, el escultor Nicolás Ramos Guiardinú, varios alumnos de la Escuela de San Alejandro y algunas instituciones.

La obra plástica concluyó el 27 de diciembre del año 2000, (aproximadamente 300m² y compuesto por 52 paneles) y reproduce en tamaño natural y con exactitud a las 67 figuras que la integran.

No todas las importantes personalidades coinciden exactamente con la época que se recrea, algunas fueron propuestas por el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, para que esta amalgama brinde homenaje a la cultural nacional y nuestra historia patria.

Con la irrupción de la que sería la Guerra de los Diez Años, en 1868, la polarización de las opiniones y el incremento de la represión de las actividades políticas de oposición, el Liceo comenzó a languidecer, pues varios de los miembros de su directiva emigraron y otros se declararon partidarios de la fórmula independentista, y finalmente cerró sus puerta en abril de 1869.

Entonces queda nuestra invitación a pasar frente al imponente mural.  “Sin precedentes en la muralística cubana” por estar expuesto a los transeúntes y una lección de la historia, según cataloga su autor.



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