San Carlos y San Severino de Matanzas, ciudad de puentes y poetas, estrena el aniversario 325 de su fundación vestida de gala. El teatro Sauto, la Sala White, el Valle del Yumurí y la loma del Pan reflejan los más significativos valores patrimoniales y naturales de la urbe.
Desde hace año y medio la Oficina del Conservador lleva de la mano el proyecto 325 y este 12 de octubre la primera ciudad moderna de Cuba presencia el renacer de las dos cuadras de la calle de Medio, la quinta Julia y la fuente Leda y el Cisne en el Parque de la Libertad, como elemento curioso a la vista del transeúnte.
Leonel Pérez Orozco, Conservador de la Ciudad, declaró que entre las obras terminadas se encuentran la plazoleta de la Catedral, Plaza de la Vigía, el Cuartel de Bomberos, el Museo Palacio de Junco, la cafetería Atenas, la Vigía y la calle Narváez, paseo fluvial a la orilla del río San Juan, espacio sociocultural de apreciado valor.
La naturaleza matancera atrae cada año a miles de visitantes a la Cueva de Bellamar, joya del sistema cavernario cubano; y a la bahía de Matanzas, declarada Monumento Nacional por la belleza de sus costas.
Esta localidad neoclásica añadirá a sus laureles el rescate de la cueva de La Campana en el complejo de Monserrate, el dragado y limpieza del río San Juan y el Jardín Botánico de la Universidad de Matanzas en su sede Camilo Cienfuegos.
Matanzas, bautizada como La Atenas de Cuba por el esplendor cultural alcanzado desde mediados del siglo XIX, vio nacer la rumba, patrimonio inmaterial de la humanidad, en el barrio de La Marina, y allí en las márgenes del río Yumurí viven tambores, danzas y cantos traídos por los ancestros del continente africano.
La tradición musical yumurina ha sido notoria dentro de la idiosincrasia de la isla, pues desde 1879, el compositor Miguel Faílde, presentó su primer danzón, género que llega hasta nuestros días como baile nacional.
Una urbe en plena revolución constructiva resguarda la obra de personalidades ilustres de la poesía cubana y latinoamericana como José Jacinto Milanés, Bonifacio Byrne, poeta patriótico de los tiempos coloniales; Agustín Acosta y Carilda Oliver Labra, reconocida por sus cantos dedicados a la ciudad.
Sus empinadas calles y su pueblo culto son testigos de una transformación total, el programa 325 es el inicio para mantenerla hermosa, declararla destino turístico y preservar sus valores para la posteridad, San Carlos y San Severino de Matanzas, ultramarina y patrimonial se alza como un canto al fututo. (Tomado de la ACN)