Isabel Rubio se llama un pueblo de la provincia de Pinar del Río, cuyo origen se debe al nombre de una patriota cubana, participante activa de las conspiraciones que se organizaban en Cuba, en contra del colonialismo español.
Mujer de familia adinerada abrió siempre las puertas de su casona, en Paso Real de Guane, a cuantos necesitaban alivios a sus penurias, medicinas gratuitas y hasta un lugar en la mesa.
La pinareña se incorporó al movimiento conspirativo en 1882 y participó en importantes reuniones clandestinas con José Marti en Cayo Hueso y Nueva York cuando se preparaban las condiciones para reiniciar la guerra por la independencia que se llevaba en Cuba .
En la manigua se dedicó a labores de sanidad al frente del hospital militar ambulante, tarea que asumió con gran responsabilidad teniendo que enfrentar los frecuentes ataques y persecuciones de que era objeto el hospital.
Organizó un hospital de sangre, curó sin descanso en plena manigua a los valientes mambises que peleaban por Cuba, agotó sus medicinas más las donadas por simpatizantes de la causa por la libertad y cuando no tuvo con qué curar, buscó hierbas por los campos, deshizo sus sábanas y ropas íntimas para fabricar hilas y vendajes y convirtió en harapos sus vestidos.
Cuando la invasión de las tropas mambisas llegó a tierras pinareñas, el General Antonio Maceo, conocedor de sus valores, quiso visitarla y el 20 de enero de 1896 el Mayor General Antonio Maceo visitó el hospital y le dio a esta valiente mujer el grado de Capitán.
A finales del propio año 1896, durante la segunda campaña de Maceo en la provincia de Pinar del Río, Isabel, nombrada por todos como “La Capitana de Occidente”, a pesar de sus 58 años de edad, recorrió con su hospital de campaña más de 150 kilómetros, prestando sus servicios sanitarios a las tropas mambisas.
En un ataque sorpresa al Hospital creado por ella en Loma Gallarda, en febrero de 1898, la hieren y logran hacerla prisionera. La conducen en calidad de prisionera de guerra, al Hospital de San Isidro de la capital pinareña, con una lesión que por su curación tardía estaba gangrenada, herida que más tarde le causó la muerte.
Su pueblo natal, Paso Real de Guane, hoy lleva con orgullo el nombre de esta excelsa patriota. (Internet)