Por: Lubia Ulloa Trujillo
La Habana, 7 dic (RHC) El Comandante en Jefe Fidel Castro materializó una idea que poco a poco se ha ido cumpliendo: unir por la cayería de la parte norte a las provincias de Camagüey y Villa Clara, con Ciego de Ávila en el medio.
Ese sueño lo comentó el Líder de la Revolución Cubana en varias de las tantas conversaciones que tuvo con Evelio Capote Castillo, el hombre que en marzo de 1987 recibe la tarea de hacer una carretera sobre el agua hasta cayo Coco, uno de los islotes de Jardines del Rey, en el norte avileño.
Según cuenta Capote Castillo, Fidel se entusiasmaba mucho cada vez que hablaba de ese proyecto, cuyo objetivo era crear un desarrollo hotelero acorde a los índices de crecimiento de la industria turística cubana y para ello comenzaron a gestarse los pedraplenes sobre el mar, el Centro de Investigaciones de Ecosistemas Costeros para cuidar el medio ambiente y más tarde la construcción del aeropuerto en Jardines del Rey.
Hoy, están unidos los cayos avileños con cayo Cruz, en Camagüey; pero aunque eso es importante, lo más llamativo constituye apreciar el avance de la llamada industria sin humo en esa área, que forma parte del Archipiélago Sabana- Camagüey, el más grande de los que rodean a la nación caribeña.
Entre las premisas tenidas en cuenta para explotar esos parajes están tener presente que son ecosistemas frágiles con altos valores paisajísticos, lo cual requiere de su conservación para mantener el equilibrio ambiental existente; y las edificaciones deben integrarse al entorno natural con una raíz artística, cultura propia y valores típicos autóctonos.
Datos ofrecidos por Sergio Ramón Ricaño Pérez, representante de gobierno de la cayería norte cubana, desde Villa Clara hasta Camagüey, precisan que el desarrollo del programa hotelero aprobado por el Consejo de Ministros hasta el 2030 pretende llegar a las 69 mil 926 habitaciones.
De ese total existen en explotación 18 mil 662, otras cinco mil 563 en ejecución y unas cuatro mil 405 en preparación, además, se logra que la infraestructura vial, hidráulica, eléctrica y de comunicaciones garantice el funcionamiento de la planta hotelera y los servicios extrahoteleros.
En Villa Clara, que comprende los cayos de Santa María, Ensenachos y Las Brujas, el plan de ordenamiento territorial ya casi llega a su fin, pues se aprobó 13 mil 084 cuartos y solo faltan por ejecutar dos mil 512 en el último de esos tres islotes.
Gestionadas por prestigiosas cadenas extranjeras como Meliá, Iberostar, Blau y Blue Diamond, 10 mil 572 dormitorios prestan servicios en 17 hospedajes en la cayería villaclareña, que serpentea sobre un mar de increíbles tonalidades que van desde el verde hasta el azul, y cuenta con una vegetación autóctona, playas hermosas de arena fina y aguas cristalinas.
El programa de inversiones en Jardines del Rey incluye los cayos Coco, Guillermo, Paredón Grande y Antón Chico, y tiene aprobado levantar en esos ecosistemas 24 mil 670 aposentos.
En ese paradisíaco lugar, donde sus fondos marinos se encuentran protegidos por una barrera coralina que se afirma como la segunda más extensa del mundo, funcionan ya ocho mil 090 cuartos en 22 instalaciones de alojamiento, de ellas 18 hoteles, muy bien decorados para satisfacer las exigencias de los turistas.
Otras mil 445 habitaciones están en fase constructiva y dos mil 555 más en preparación; así como también está previsto un desarrollo perspectivo de la infraestructura extrahotelera en "Coco", con un campo de golf y una marina.
Entre los nuevos establecimientos a inaugurar antes de que finalice el año está Pilar Uno con 245 dormitorios, que se convertirá en el primer Resort de playa con categoría cinco estrellas de lujo de Cuba, administrado por Gaviota y operado por la cadena internacional Kempinski.
Para la zona agramontina el crecimiento turístico es mucho mayor: allí la planificación hasta el 2030 es levantar 32 mil 172 habitaciones en los cayos Cruz, Mégano Grande, Romano, Sabinal y Guajaba.
Todavía no hay ninguna en explotación, pero en "Cruz" se ejecutan mil 606 y otras mil 850 se preparan. En esta área, de 26 kilómetros cuadrados y 24 de longitud en su costa norte, hay unos 21 kilómetros de playas arenosas de excelente calidad, por lo que contará en total con 12 mil cuartos en cinco inmuebles.
Los islotes camagüeyanos, además de poseer una rica y variada flora y fauna, entre las que destacan las mariposas, orquídeas y flamencos rosados, cuentan con el Fortín de San Hilario, que se alza en la mayor elevación de cayo Sabinal, haciéndose imprescindible su visita para quien guste de la historia.
A no dudarlo, el Comandante en Jefe siempre fue un hombre con una visión sin límites, sabía que para el bien de la economía cubana era conveniente explotar, de una manera ordenaba y con respeto al medio ambiente, unos casi 400 kilómetros cuadrados de arrecifes coralinos, hermosas playas y claras aguas en Sabana-Camagüey.
Entonces, toca a todos continuar con esa filosofía de Fidel, pero sin violar el cumplimiento de las medidas de conservación y manejo sostenible del entorno, pues es el ingrediente principal si de atraer a los turistas se trata, al contar con una riqueza biológica, que incluye la Reserva de la Biosfera Bahía de Buena Vista, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, y tres humedales con calificación de sitios Ramsar. (Fuente: ACN)