Por: Guadalupe Yaujar Díaz
El hotel Casa Granda, edificio insigne de la oriental ciudad de Santiago de Cuba, cumplirá 105 años el próximo día 10. Sus puertas se inauguraron oficialmente ese día de 1914, anteriormente era la residencia de Don Manuel de Granda, de ahí su nombre.
Ese año, cuando el mundo se sobrecogía bajo la amenaza de la I Guerra Mundial, Santiago de Cuba, la segunda ciudad más importante de la Isla, celebraba a toda pompa la inauguración de una instalación que habría de otorgarle para siempre la impronta de gran plaza hotelera.
Insertado en el centro histórico urbano, declarado Monumento Nacional, el Casa Granda está ubicado donde se yerguen también la primera catedral y una de las más antiguas viviendas de América Latina.
Tras su apertura el sitio dio fama culinaria en la villa y devino entonces lugar preferido para banquetes y bailes en la alta sociedad.
La opulenta y majestuosa edificación, de diferentes estilos constructivos, mantiene su elegancia y glamour conservadas como legado de la cultura de finales del siglo XIX.
En el Casa Granda se disfruta la suerte de estar frente al otrora Plaza de Armas, actual Parque Céspedes, y desde el amplio salón comedor cual verdadero balcón mirador, pueden admirarse los paseos del Carnaval, los actos públicos, las procesiones por Semana Santa y las fiestas de la bandera, el 31 de diciembre.
Tiene también entre sus centros de referencia obligada de la ciudad el Museo de Ambiente Histórico Cubano, la Catedral Metropolitana, la Casa del Gobernador Diego Velázquez, la Casa de la Cultura Miguel Matamoros, el Museo del Carnaval y la Casa de la Trova Pepe Sánchez, entre otras valiosas instituciones.
Cuando se accede al hotel se siente la sensación de estar completamente inmerso en la ciudad, con la terraza en la azotea que ofrece vistas panorámicas de la bahía de Santiago de Cuba y las montañas que rodean la urbe.
Entre sus más ilustres huéspedes de antaño se encuentran los artistas mexicanos Tito Guizar, Jorge Negrete, Pedro Vargas y Eva Flores; el escritor Graham Greene, los españoles Pedrito Rico e Imperio Argentina, el novelista peruano Ciro Alegría, la cantante y actriz argentina Libertad Lamarque, mientras que del universo deportivo sobresalen Joe Luis y el formidable jugador de grandes ligas, Babe Ruth.
Destacadas personalidades cubanas del mundo artístico, como Ernesto Lecuona, Alicia Alonso, junto a su compañía de ballet, y Rosita Fornés, han prestigiado el hotel con su presencia.
Y es que la bella edificación, de solo 4 pisos y una arquitectura que combina lo original con la modernidad, da la posibilidad de participar desde sus balcones y ventanas de la llamada Fiesta a la Bandera, que acontece justo a las 12 de la noche, cuando la Bandera Nacional ondea en lo alto del antiguo Ayuntamiento Municipal, durante una solemne ceremonia de fin de año que suma más de un siglo.
Frente al céntrico parque Céspedes, miles de lugareños esperan el emotivo momento, que al finalizar cada 31 de diciembre recuerda, además, aquel multitudinario acto donde Fidel Castro anunció el triunfo de la Revolución, desde uno de los balcones del añejo inmueble.
Seis décadas despúes del histórico acontecimiento, el izaje de la enseña nacional deviene preámbulo de la celebración de esa fecha
Iniciada por Emilio Bacardí y Moreau, el primer alcalde de la urbe, la llamada Fiesta a la Bandera convoca también a visitantes extranjeros, igualmente atraídos por el espectáculo cultural, de auténtica cubanía.
En un día de tradición familiar, son muchos los hogares santiagueros que incluyen en la celebración del nuevo año su participación en ese jubileo, en el cual se escucha el Himno Nacional, minutos antes del ascenso, lento y pausado, de la enorme enseña por el mástil que la colocará bien arriba.