Por Martha Ríos
…”el hombre no se halla completo, ni se revela a sí mismo, ni ve lo invisible, sino en su íntima relación con la naturaleza”. José Martí
Fantasía, imaginación… ¡vida! Es la que el artista cubano de la plástica Raúl Santos Zerpa (Santoserpa) hace brotar de machas negras, blancas y policromas de disímiles formas y tamaños, arrebatadas al trópico.
Sus lienzos y cartulinas, cual provocaciones, invitan a meditar a partir de cada descubrimiento sobre el cosmos, la flora, la fauna, y hasta de las abstracciones más atrevidas.
Ese es el sello que lo distingue desde hace seis décadas cuando se estrenó en estas lides, en la central ciudad de Santa Clara donde se graduó de Dibujo y Escultura; después de Pintura, en 1962, en la Escuela de Artes Plásticas ‘Leopoldo Romañach’, y luego como instructor de Arte, en la capital cubana.
Cuatro son las etapas que caracterizan su creación, y dos momentos, que por experimentales, no dejan de ser sólidos pues son los que lo mantienen plenamente activo a sus 80 años de edad. Así lo explica en exclusiva a Radio Habana Cuba.
A pesar de que Santoserpa tiene la impronta de urbes cubanas tan importantes como Santa Clara, Camagüey y La Habana, esta última su lugar de residencia desde hace medio siglo, su barca sigue anclada en un pintoresco sitio de la antigua provincia de Las Villas donde vino al mundo el 15 de marzo de 1939.
Es Santa Lutgarda, muy cerca de la cabecera del actual municipio de Cifuentes, en la provincia de Villa Clara. Allí existía un batey que era el alma de los habitantes de la zona, quienes eufóricos, esperaban el largo y lastimero pito del central azucarero que llamaba a los hombres a trabajar cuatro meses en el año.
En ese entorno, fabril pero bucólico, transcurrió la infancia de este buen cubano, amante de la naturaleza y sus riquezas, de las cuales ha sido el agua su aliada principal junto al pincel, el óleo, la acuarela y algunos textiles.
Obras suyas pueden verse en el Museo Nacional de Bellas Artes, de La Habana, y en numerosas instituciones cubanas y foráneas.
Santoserpa tiene en su haber 40 exposiciones personales y ha participado en 425 colectivas, en varios países de Europa, Asia y América, además de Cuba.
Todas las recuerda como si no hubiera transcurrido el tiempo, pero con especial cariño habla del Salón de mayo de París, realizado en 1967, en el Pabellón Cuba.
Artistas de renombre internacional se reunieron entonces en ese recinto de la Rampa habanera, y mano a mano con ellos participó en la confección de un gigantesco mural. Tenía apenas 28 años de edad.
Por su trayectoria artística fue acreedor de la Réplica del Machete de Máximo Gómez, le otorgaron el Premio Nacional de Cultura Comunitaria y la Distinción por la Cultura Nacional.
Entre otros galardones, también exhibe el de Dibujo, Uneac 1969; el Premio Adquisición de LolitKaliAcademy, el trienal de Arte Contemporáneo de la India, en 1978, y el Premio Especial ‘Celia Sánchez’, en el Concurso 26 de julio, de 1990.
El más reciente homenaje que recibió se inscribe en la Feria Internacional de Artesanía, FIART 2018, por la obra de la vida.
