El repentismo en las riendas juveniles

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-04-22 09:49:31

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Foto: Archivo.

Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La Habana, 22 abr (RHC) El repentismo, la décima, la improvisación en las tonadas campesinas y, sobre todo, el punto cubano, están declarados por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Cuba es el único país en América Latina que tiene un movimiento repentista infantil y juvenil que cultiva ese género musical.

De su quehacer en estos tiempos se habló en el reciente Encuentro Nacional de Talleres Especializados de Repentismo Infantil y Acompañamiento Musical, celebrado en la ciudad de Ciego de Ávila, donde, además, fue inaugurada la Casa de la Décima Raúl Rondón Castillo, en homenaje al bardo camagüeyano, como era conocido.

Este evento, con la participación de niños y jóvenes procedentes de 12 provincias del país, centró su principal objetivo en el intercambio entre los profesores y alumnos y cómo se cultiva el punto libre en cada territorio.

En tanto, en Las Tunas hace más de 25 años funciona la Casa de la Décima Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, con excelentes resultados al fomentar esa manifestación cultural. Los territorios de Güines, en Mayabeque; Matanzas y Pinar del Río, tomaron la iniciativa de construir su propia instalación y Ciego de Ávila abre las puertas de su instalación.

Con ello, se busca preservar y desarrollar, a partir de las jóvenes generaciones, el repentismo, la décima y la improvisación, expresiones que contribuyen al desarrollo social comunitario.

La presencia en Cuba de esa expresión está históricamente probada, como en otras partes de Hispanoamérica con las primeras versiones en el periodo de conquista. Es posible que durante los primeros días de conquista, mucho antes de 1608, fecha en que marca con Espejo de Paciencia del autor Silvestre de Balboa, marcando el comienzo de nuestra literatura, en la que anduviera por los rincones de la Isla algún símbolo de nostalgia andaluz improvisando versos de añoranza, quintillas, ya coplas, ya romances y no décimas porque la décima entra en el país en el siglo XVIII.

Durante la primera mitad del siglo XIX, y tras la incursión decimística de los poetas neoclásicos Manuel de Zequeira y Manuel de Rubalcaba, la décima pasó a manos de nuestros mejores poetas románticos: Francisco Poveda, Jacinto Milanés, Juan Francisco Manzano y Gabriel de la Concepción (Plácido).

Estos dos últimos son de mayor importancia lírica en la décima cubana, figuras importantes a la hora de escribir la historia de la improvisación en Cuba: Manzano, por su precocidad, y Plácido, por su brillantez.

Un hecho que marca la improvisación cubana en la segunda mitad del siglo XIX es su presencia en la guerra independentista contra España. Muchas décimas improvisadas se perdieron en la manigua, cantadas por soldados de José Martí, tan previsor siempre, logró antologar en Los poetas de la guerra. En esta antología, Martí recoge décimas improvisadas de Antonio Hurtado del Valle, Miguel, Miguel Jerónimo Gutiérrez, José Joaquín Palma y la habanera Catalina Rodríguez, excelente repentista en su adolescencia.

Y es, precisamente, José Joaquín Palma, poeta e improvisador, figura política y cultural de Cuba y de Centroamérica, fundamentalmente Guatemala y Honduras, amigo personal con gran influjo sobre el precoz poeta - e improvisador- Rubén Darío; junto a Plácido, la otra figura cimera de la improvisación en la Cuba del siglo XIX. La década del 40 fue La Edad de Oro del repentismo en Cuba.

En el decursar del tiempo en nuestro país existen regiones que tienen una tradición más fuerte y hay otras que en menor grado, pero en general, desde Pinar del Río hasta Guantánamo, se improvisa décima y se reúne público para escucharla.

Así sucede con las hermosas improvisaciones devenidas de “la controversia” y “el pie forzado” encuentro entre dos poetas que a manera de competencia o enfrentamiento hacen galas de esa especial manera de comunicación.

La poesía oral improvisada en la Isla atesora, en la actualidad, la influencia del importante escritor y repentista Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, cuya obra oral y escrita es referente que marca los cambios de los cánones de la décima, al tiempo que unifica las sucesivas promociones y tendencias.

Es de esperar que en las manos de los jóvenes repentistas estén aseguradas la preservación y rescate de lo más autóctono de la cubanía.



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