Por: Guadalupe Yaujar Díaz
La Habana, 29 oct (RHC) «11 de abril Arribamos a una playa de piedras, la Playita (al pie de Cajobabo); me quedo en el bote el último vaciándolo, dicha grande. Viramos el bote y el garrafón de agua, bebemos málaga, arriba por piedras espinas y cenegal. Oímos ruidos y preparamos, cerca de una talanquera. Ladeando un sitio, llegamos a una casa. Dormimos cerca por el suelo».
Así describiría el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí, las primeras impresiones en su diario:
Era el 11 de abril de 1895, pasadas las diez de la noche, para incorporarse a la guerra iniciada el 24 de febrero de ese año. El Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí pensaba en otra cosa que no fuera luchar por la independencia de la patria. Venía acompañado del Mayor General Máximo Gómez (dominicano), los generales Francisco Borrero y Ángel Guerra, el coronel Marcos del Rosario y el capitán César Salas.
El sitio, declarado Monumento Nacional, ubicado en la costa sur de la actual provincia de Guantánamo, en el municipio de Imías, al este del poblado de Cajobabo, signa la ruta de José Martí en la Guerra del 95 contra el colonialismo español y de su caída en combate el 19 de mayo.
El mar estaba negro como la noche y las olas se elevaban furiosas chocando contra los farallones, esos farallones testigos del paso del Maestro.
Y junto a la costa, las luces. Hay que ceñirse los revólveres, dijo Martí. No sabían con certeza quiénes estaban allí. Luego supieron que eran pescadores y les dieron la mano.
Al desembarcar, Gómez besa la arena, y Marcos del Rosario recorrió el lugar años más tarde, el 23 de abril de 1922, e identificó el sitio específico en el que se levantaría un monumento en 1947.
En Playitas de Cajobabo, actualmente está el Monumento Nacional realizado en los años 1928 y 1929 por los miembros de una sociedad masónica. Se trata de un conjunto construido en mármol con la base en forma de un bote, y lo conforman, además, dos bloques con inscripciones sobre la vida de Martí y Gómez. Hay dos sables, como símbolo del arma que utilizaron los mambises durante las guerras de independencia y en la parte superior un pivote correspondiente a una reconstrucción realizada en 1947.
Este primer monumento se deterioró tiempo después.
En 1947, se adicionó al monumento una marca de hormigón con la inscripción 1895-1947, y en 1986, al cumplirse el aniversario 150 del natalicio de Gómez, la base del obelisco fue renovada, y los sables, originalmente de granito y acero, se reemplazaron ante el deterioro por unos de bronce en 1995, cuando el centenario del desembarco.
Playitas, sitio histórico y singular
En medio del paisaje más seco y árido de la isla, conocido hoy como el semidesierto de la Antilla Mayor, miles de grandes rocas singularizan esa franja de Cuba.
Las piedras, que conocieron del paso de Martí y sus compañeros, están enmarcadas desde hace siglos por abundantes terrazas marinas.
Se trata de roca marga y por gravedad cae, la cual constituye la base de la terraza, fenómeno que realza la belleza del entorno, al mezclarse armoniosamente con abundantes poblaciones de cactus columnares de Cuba, que semejan millares de brazos levantados al cielo.
Es en ese escenario, singular y peligroso, al que arriba el Maestro en una zona distinguida por los mayores índices de radiación solar, los vientos más secos de la nación.
En la actualidad la zona, con más de una decena de áreas naturales protegidas, atesora alrededor de dos mil especies de plantas y animales únicas del Caribe, de Cuba e incluso exclusivas de esta localidad.
Ir a Playitas de Cajobabo deviene viaje a la semilla de las dos figuras más importantes de la gesta emancipadora: Gómez, el supremo jefe militar, símbolo del internacionalismo y de la modestia, y Martí, el jefe político e inspirador de la nueva clarinada.
(Tomado de varias fuentes)