Por: Guadalupe Yaujar Díaz
La Habana, 11 nov (RHC) No importa si eres habanero por nacimiento, según consta en el carnet de identidad, o si llegaste importado de las provincias por el azar de la vida y el tiempo. La Habana, a cuesta sus 500 años, tiene un encanto especial, a pesar del deterioro que la añeja aún más.
¡Qué decir! Estamos en tiempo de celebraciones y mucho se habla hoy de las restauraciones y reinauguraciones de instalaciones insignias -esperadas y bienvenidas-, aunque algunos olviden el viejo refrán que nos advierte: “el que no cuida no tiene”.
Y parte importante de ese patrimonio inmaterial que posee la otrora Villa de San Cristóbal deviene sus calles, impregnadas del paso del tiempo y la modernidad.
Así sucede con la emblemática Galiano (oficialmente Avenida de Italia), más de un kilómetro desde Malecón hasta su cruce con la calle Reina. En ese recorrido se encuentra con espacios de singular encanto como el Boulevard de San Rafael y el Barrio Chino, en la calle Zanja.
Dentro del anillo comercial de la ciudad tradicional, Galiano ocupa una zona de transición al enlazar puntos importantes de la ciudad como las calles Neptuno, Calzada del Cerro, Belascoaín y el área hacia el este del municipio de La Habana Vieja, donde tienen una fuerte influencia las funciones administrativas y turístico recreativas.
Galiano comienza a construirse en las postrimerías del siglo XIX, durante el gobierno colonial del Capitán General Miguel Tacón. Se concibe ante la necesidad de facilitar el transporte, con más y mejores vías de acceso a las puertas de la muralla de la ciudad. Las obras estuvieron dirigidas por Don Martín Galiano, entonces ministro del Interior y Fortificaciones, y al que, evidentemente, debe su nombre.
Las investigaciones realizadas aluden a las distintos nombres que ha tenido la céntrica arteria: (Calzada de) Galiano o Galeano (antes de 1841), Duque de la Victoria (1841), De Montesinos (fecha incierta), Avenida de Italia (1917 oficial); Galiano (no oficial) y Avenida de Italia (1936 hasta hoy, oficial).
Inmediatamente se consolida como una de las más cosmopolitas y comerciales del siglo XX habanero. Ir de compras a los establecimientos que en ella se ubicaban, era uno de los pasatiempos de moda.
Pero, no es hasta finales del siglo XIX cuando Galiano empieza a tomar carácter francamente comercial y se construyen los primeros establecimientos de relevancia como el Bazar Inglés, en 1895; la gran tienda El Encanto, en 1879; el Palacio de la Casa Grande, en 1887 (actual Variedades Galiano). Incluso, su intersección de Galiano y San Rafael era identificada por los habaneros como el corazón palpitante de la ciudad.
Además, parte de sus inmuebles emblemáticos constituyen los edificios multifuncionales como el América, el primer complejo arquitectónico en La Habana con basamento de servicios y cuerpo principal de viviendas en 1937; la primera tienda por departamentos y el primer edificio de parqueo por niveles con basamento de servicios y plantas soterradas en 1957.
Durante las tres primeras décadas del siglo XX la ciudad comenzó a adquirir un carácter más cosmopolita y Galiano se convierte en sitio espléndido dedicado a ofrecer distintos servicios a la población y el turismo. En este lapso, se construyen allí grandes hoteles como el Colonial y el Alamac (desaparecidos); mientras desafiantes al paso de los años se erigen desafiantes el Lincoln y el Deauville.
Un momento relevante constituyeron los festejos por el centenario de su construcción ocurridos en 1936, y para esta ocasión se terminó de establecer el alumbrado público a todo lo largo de la calle, y se remodelaron los arcos monumentales que existían a cada extremo de la misma.
Hoy la calle resalta por sus galerías de columnas, portales por los que pasan los caminantes guarecidos del sol caribeño, con amplia variedad constructiva, singulares balcones de formas caprichosas y una estructura que se conecta con otras importantes arterias y puntos medulares de la ciudad. Además, muchos de sus sectores más notorios están ocupados por pequeños establecimientos, remedo de las grandes tiendas de antaño.
Por estos días y hasta el 16, fecha de celebración del medio milenio, esa calle del municipio de Centro Habana exhibe, a cielo abierto, un hermoso tejido de luminarias que abren los sentidos a espectaculares noches a quienes la transiten.
El día 30 último quedó inaugurado el novedoso sistema lumínico llamado Planetario, obra del escenógrafo italiano Carmelo Giamello, quien utilizó varias luces y esferas para recrear una suerte de Vía Láctea.
El proyecto forma parte de una iniciativa similar que se realiza en la italiana ciudad de Turín desde 1998, y fue donada a Cuba por la Alcaldía de la urbe en homenaje al aniversario 500 de nuestra capital.
Mientras, Galiano recobra el brillo, coincidente en fecha con las luminarias que se colocarán sobre la urbe europea de San Carlos para recordar el aniversario 500 de la muerte de Leonardo Da Vinci.