Por: Yenli Lemus Domínguez
La Habana, 3 ene (RHC) Desde el 12 de agosto de 1900 los bomberos dominan los predios de la estación diseñada por el arquitecto Bernardo de la Granda y Callejas en la Plaza de La Vigía para brindar servicio a la ciudad cubana de Matanzas; con una céntrica posición estratégica, desde ese actual Museo vivo además de auxilio, irradia historia.
El Cuartel de Bomberos que durante más tiempo ha mantenido esa función en Cuba, es el único entre sus homólogos donde se conservan cuatro bombas de vapor, y que mantiene en sus dominios a la Virgen de los Desamparados, patrona de los valientes que combaten el fuego.
La técnica centenaria y la moderna confluyen bajo el mismo techo en el edificio neoclásico que a partir de 1917 lleva el nombre de Enrique Estrada, quien trascendió como el primer jefe de la estación. Los visitantes viven la experiencia de constatar la dinámica de un Cuartel activo y a la vez patrimonial.
Conocen los excursionistas que fueron los bomberos los primeros en utilizar el teléfono para llamadas de emergencia gratuitas dentro de la urbe matancera, y quienes fundaron una banda de música en la que aprendieron a tocar instrumentos reconocidos artistas como José White y Miguel Failde.
Más de 100 años de historia justifican que en cualquier casa de la localidad de ríos y puentes exista alguna anécdota relacionada al Cuartel de Bomberos, vecino del teatro Sauto y del río San Juan, o que cualquier cubano contemple en ese inmueble interactivo alguna pieza que despierte la sensibilidad y los recuerdos.
Los bomberos sin nombre…
Para la inauguración del Museo de Bomberos de Matanzas en el año 1998, del Palacio de Junco se transfirieron 301 piezas, y entre ellas una fotografía muy bonita de dos Bomberos del Comercio vestidos de completo uniforme, explicó Biolexi Ballester Quintana, directora de la institución protectora del patrimonio en el Cuartel Enrique Estrada.
Cuando decidimos hacer un nuevo montaje en saludo al aniversario 325 de la capital yumurina, siempre tuvimos el sueño de tener la imagen de los hombres desconocidos a tamaño natural; escaneamos las fotos, nos hicieron el vinilo de las dos figuras, y les pusimos fantasmas porque no sabíamos quiénes eran, añadió la historiadora.
El mismo día que reinauguramos el Museo restaurado, en horas de la noche del 12 de octubre del año 2018, muchas personas llegaron al cuartel -rememoró Ballester Quintana-, y entre ellas Joaquín Bruzón Llufrío, quien nos dijo que era nieto de uno de nuestros fantasmas.
Arturo era mi abuelo
A mi vecino Antonio Pérez (Tony), que trabaja en el Museo de Bomberos, le comenté que de mi abuelo y su hermano existía una foto donde aparecían vestidos con uniforme, instantánea desaparecida con el tiempo, explicó Bruzón Llufrío, mecánico tornero de 75 años de edad.
Me dijo Tony que en el Cuartel se conservaba una imagen semejante a mi descripción, y efectivamente era la que yo conocía, aseveró Bruzón Llufrío.
Después de la gala por los 325 años de la ciudad, participé en la reinauguración del Cuartel Enrique Estrada restaurado, y a gran tamaño en la pared me encontré las figuras de los jimaguas Arturo y Pedro Llufrío –explicó Joaquín. Arturo era mi abuelo.
Cuando yo era muchacho preguntaba siempre por la foto porque me llamaba la atención -añadió-, y me contaron que eran cocheros encargados de manejar la bomba, creo que mi abuelo murió de un infarto y a los 15 días el hermano falleció, dicen que producto a la nostalgia.
Me gusta mucho el Museo de Bomberos -afirmó Joaquín categórico-, y mis manos también están en la institución porque contribuí a reparar las conexiones y tuberías internas de la Bomba Cuba, fabricada por la American Fire Engine Company de Nueva York, Estados Unidos, y que arribó a Matanzas en 1901, adquirida por el Cuerpo de Bomberos del Comercio.
En el Capítulo 19 del Reglamento del Cuerpo de Bomberos del Comercio de Matanzas, de 1884, se describe lo referente a uniforme y equipo, y consta que el casco negro con frente plateado y letra negra era de los Primeros Jefes de Sección, y al Primer Brigada correspondía un casco negro con el filo en rojo, carátula roja y letra negra.
Por los rasgos descritos en la documentación oficial es posible determinar que Pedro, el tío abuelo de Alberto era Primer Jefe de Sección; y Arturo, el abuelo, Primer Brigada, especificó la historiadora Ballester Quintana.
Operación Tun Tun
Resguarda el Archivo Histórico Provincial de Matanzas el fondo Bomberos del Comercio, con valiosa información a partir de la cual los investigares del Museo representativo de esa historia tocan las puertas de la ciudad llamada Atenas de Cuba para gestionar memorias y objetos que puedan enriquecer la institución.
El Cuerpo de Bomberos número Uno del Comercio de Matanzas se oficializó el 16 de julio de 1884, tenía carácter civil y voluntario, y entre sus misiones asumía la extinción de incendios, y el rescate y salvamento ante derrumbes e inundaciones.
Algunas veces en las casas donde vivieron Bomberos del Comercio ya no radican sus familiares, pero en ocasiones encontramos historias valiosas; y cuando las personas tienen material que se puede deteriorar las convidamos a donarlo al Museo donde será bien conservado y compartido, explicó la directora Biolexi Ballester Quintana.
Es satisfactorio que la gente se vea reflejada en esa instalación y que confíen en ella; y le agradezcan que mantenga vivo el legado de sus antepasados, relató la investigadora. La de los Llufrío es una historia que demuestra la importancia del vínculo entre las instituciones y los ciudadanos.
En el Cuartel Enrique Estrada de Matanzas cada detalle comunica patrimonio; quienes entren conocerán que esos, los de la pared, eran Arturo y Pedro, dos hermanos bomberos cuyo trayecto desde una foto hasta la museografía inspira a que las puertas se abran ante el Tun Tun de los indagadores, para que otros fantasmas recobren su nombre. (Fuente: ACN)
