Por Teresa Melo*
No merece llamarse cubano quien, habiendo nacido en esta tierra, mancilla su más profunda raíz. No merece llamarse cubano quien, por encima de cualquier ideología, denigra el vivo símbolo del pensamiento fundacional, hecho rosa blanca para el amigo sincero, para los pobres de la tierra.
La histeria sin fortuna se manifiesta y saca a la luz la peor versión de quienes, sin poder convencer, apelan a la bajeza cobarde.
Estos remedos de gente son iguales a los que otras veces han quemado una obra de arte creyendo destruir el arte; han martillado discos y quemado libros creyendo destruir la música y el valor de las palabras.
Profunda pena que crean que actos vandálicos contra bustos de José Martí destruirá lo que representa. Esos nunca lo leyeron ni vibraron con su luminoso verbo. Es su carencia. Es su abismo. Los que no tienen patria.
*Filósofa, narradora, poeta y editora cubana.
(Tomado de Cubadebate)