Por Martha Eugenia López Villeda
La Habana, 15 ene (RHC) A solo un año del triunfo de la Revolución, Fidel Castro Fidel dijo algo que ha estado presente en todo el proceso revolucionario: “Y en eso es en lo que debemos pensar: en los niños de hoy, que son el pueblo del mañana. Hay que cuidarlos y velar por ellos como los pilares con que se funda una obra verdaderamente hermosa y verdaderamente útil…” ( 1 )
En Cuba, desde hace alrededor de Cuatro décadas, el ciento por ciento de los niños en edad de primaria asisten a la escuela y no hay deserción. En el nivel secundario el porciento de matrícula es del 98 por ciento.
El gobierno Revolucionario de nuevo tipo se encontró en 1959 con “que casi la mitad de la población en edad escolar estaba fuera de sistema de educación…. 600 mil niños sin escuela. El 53 % de la población infantil rural y el 43 % urbano no tenían escuelas ni maestros. La asistencia escolar era entre un 50 % y un 60 % en las ciudades, y mucho menor en el campo, donde la deserción y el retraso escolar cronológico y pedagógico eran constantes.” (2 )
Se partía de las condiciones de país subdesarrollado. No había escolarización, ni presupuesto adecuado y el destinado a este fin era muchas veces robado por los funcionarios del gobierno.
Una Hazaña era necesaria para resolver esa situación. Las acciones se acometieron de inmediato “La educación primaria comenzó a experimentar un cambio sensible. En septiembre de 1959 fueron creadas 10 mil aulas en todo el país. Se convirtieron 69 cuarteles de la antigua tiranía en escuelas. Asímismo se obtuvieron locales facilitados por los sindicatos y organizaciones locales… y se comenzó a desarrollar, de inmediato, un amplio plan de construcciones escolares, tanto de reparaciones como de edificación de nuevos centros docentes.(3)
Se requería para esta tarea material de estudio, como libros con contenido acorde a la nueva etapa de la historia que se iniciaba, para las distintas materias y años escolares, tizas, borradores, así como libretas, lápices para los alumnos y el uniforme escolar correspondiente.
Tener maestros para cubrir esa ampliación del servicio parecía difícil de cumplir, pero se resolvió con los 10 mil maestros sin trabajo y 3 mil maestros voluntarios para las zonas más apartadas del país.
La promulgación de la Ley de Educación, el saneamiento del Ministerio de Educación, la designación de un Ministro que desarrollaría una extraordinaria labor al respecto, el doctor Armando Hart Dávalos, constituyeron las avanzadas en esa otra revolución, esta en el plano de la educación.
En los años que siguieron, Cuba siguió desarrollando su proyecto educacional, pese a las dificultaes económicas y otras tareas vitales para la supervivencia de la Revolución, que desde entonces enfrenta el bloqueo económico imperialista.
Tras la extinción del Campo socialista en la década de los años 90 del pasado siglo, el país se vio impedido de continuar sus planes de desarrollo socioeconómicos a toda plenitud, y decetó el ya conocido Periodo Especial.
En materia educacional, lo más difícil fue lograr la asistencia de los niños a la escuela de forma sistemática y sin deserción escolar. No había hábito al respecto, muchos irían por primera vez a una escuela, pero lo más complicado fue que los padres, los familiares comprendieran la importancia del estudio de esos niños, lo que representaba para la propia niñez, para la familia y el futuro de la Patria.
Fueron años de trabajo sistemático para lograr que el 100 % de los niños acudieran a la escuela y no desertaran. Ahora es algo normal, no se concibe que un niño en edad escolar no asista a la escuela. Inclusive hay programas para niños con limitaciones para moverse e ir a la escuela, además de los centros de educación especial.
Por las calles de las ciudades, poblados y caminos en el campo, temprano en la mañana se ven los niños con su uniforme rumbo a la escuela. Uniformes que varios han pasado de un alumno a otro, o esta remendado, por las limitaciones económicas del país, una consecuencia del bloque económico impuesto por el gobierno Norteamericano.
La hazaña se cumplió y así lo ha apreciado la UNESCO en sus visitas a Cuba.
Se ha cumplido con el llamado de Fidel y el pronunciamiento de José Martí: “Para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo”. (Fuente: Cubadebate)
(1) Fidel en la entrega de la Fortaleza Militar de la Ciudad de Holguín, al Ministerio de Educación, Oriente 24 de febrero de 1960, Fidel: mujer, niñez y familia, Vol 1 Selección temática 8 1959-1981), Editora Historia, La Habana, 2010, pag. 50.
(2) La niñez en Cuba, 30 años de Revolución, Editorial de Ciencias Sociales 1979, pag. 10
(3) ídem, pag. 12