Santa Clara, 15 jul (RHC) Decirse Pilongo en Santa Clara va más allá de su origen religioso, es reconocerse nativo de la central urbe cubana, presumir de la historia y cultura que atesora en su aniversario 331, este día 15, pleno de leyendas, patriotismo y una batalla positiva en la lucha contra la Covid-19.
El mote nace de la existencia de una pila donde se bautizaba a los oriundos de la localidad, elaborada con una piedra caliza y circular, extraída del Monte Capiro, elevación natural de unos 180 metros sobre el nivel del mar, ubicada en el suroeste de la urbe.
Cuentan que la roca se convirtió en pila bautismal hace unos 200 años, colocada en sus comienzos en la iglesia mayor demolida en 1924, hoy ubicada en la catedral católica citadina.
Los pilongos se sienten hijos de la ciudad de Marta y el Che, otorgamiento que responde al agradecimiento a esas dos grandes personalidades que incidieron, de manera ostensible, en la vida local.
Doña Marta Abreu de Estévez, patriota y benefactora, nacida el 13 de noviembre de 1845, dotó a la localidad de importantes instalaciones, algunas sobreviven al tiempo como el centenario teatro La Caridad, todavía hoy principal coliseo urbano.
Entre otras donaciones creó espacios públicos a orillas de los ríos que cruzan la ciudad para que las lavanderas pudieran trabajar con mayor comodidad, inició la electrificación, construyó escuelas y dispensarios médicos.
Ernesto Guevara, comandó las huestes del Ejército Rebelde en la toma de la urbe, en 1958 y después del triunfo de la libertad, en incontables ocasiones recorrió las calles e inauguró industrias para convertirse, sin proponérselo, en hijo ilustre, mientras sus huellas están por doquier.
Santa Clara custodia los restos del revolucionario argentino-cubano y varios de sus compañeros de la guerrilla que descansan en el memorial, construido para ellos, en el Complejo Escultórico Ernesto Guevara, sitio de tributo y compromiso, desde 1997.
El Monte Capiro resulta uno de los motivos de estimación para los pilongos, excelente mirador que constituye referencia geográfica desde muchos de los puntos de la localidad, además de escenario de relevantes hechos históricos.
Las alturas fueron empleadas por el comandante Ernesto Guevara, para dirigir acciones del Ejército Rebelde, en la toma de Santa Clara y este año se sembrará el tamarindo 331, tradición de cada aniversario porque- según se cuenta- fue bajo uno de los ejemplares de ese tipo de árbol que se ofició la misa fundacional.
El parque Leoncio Vidal, principal plaza de la localidad, el hotel Santa Clara Libre, donde aún se exhiben las oquedades dejadas por las balas en la batalla de 1958 y guarda, con celo, una habitación utilizada por el comandante en Jefe Fidel Castro, a principios de la conquista revolucionaria, son también motivos de ese orgullo Pilongo. (Fuente: ACN)