por Pablo Soroa Fernández
Baracoa, uno de los destinos turísticos más importantes de la provincia de Guantánamo, y de la costa norte del Oriente de Cuba, celebra el aniversario 509 de su fundación inmersa en las tareas de recuperación para que no cierren en falso las heridas dejadas en su faz por la tormenta tropical Isaías, durante la madrugada del 31 de julio último.
Ciudad Primada de Cuba y Monumento Nacional, la villa de Nuestra Señora de la Asunción, se fundó el 15 de agosto de 1511, jornada durante la cual a la entrada de su bahía se ubicó la Santa Cruz de la Parra, única perdurable entre las 29 cruces colocadas por Cristóbal Colón en el mundo hispano y el más valioso tesoro que guarda la Parroquia local.
Para llegar a la Primera en el tiempo, como la denominan sus habitantes, es preciso atravesar los montes más hermosos de Cuba y vencer el viaducto La Farola, obra que la salvó de su secular incomunicación y es considerada una de las Siete Maravillas de la Ingeniería Civil Cubana.
Así, como desde la cima del monte Iraza, en Costa Rica, son visibles los océanos Atlántico y Pacífico, desde el punto más alto de esa monumental carretera, se divisan las costas norte y sur de Cuba.
El historiador Ernesto de las Cuevas ha identificado a La Primogénita de esta ínsula caribeña como Meca de Cuba y ha sugerido que al igual que esa ciudad sagrada constituye sitio de peregrinación obligada para los musulmanes, la nuestra debería serlo para todos los nacidos en la Perla de las Antillas.
Su aislamiento de siglos y su permanencia en el sitio original de su emplazamiento, le reservan aires de legendaria urbe y brindan colorido y belleza a su colonial centro histórico urbano, uno de cuyos atractivos reside en el otrora sólido sistema de fortificación que durante los siglos XVIII y XIX protegía a los baracoenses de los asedios de corsarios y piratas y que, convertidas en hotel, restaurante y museo, pueden ser “asaltadas” hoy mediante una reservación.
“Primada “ la denominan, por ser designada su iglesia local sede del Obispado cubano en 1518, por bula del Papa León X, y establecerse en su entorno la primera capital de la Isla.
La cima peniplanada del Yunque, Monumento Nacional de la Naturaleza Cubana y paisaje arquetípico del nororiente cubano, se divisa desde cualquier punto de la que también ostenta en lo histórico esa categoría, otorgada por la Dirección Nacional de Patrimonio, del Ministerio de Cultura.
A la capital del cacao y el coco se le denomina también Ciudad Paisaje y Ciudad de las Aguas, por su entorno marino, exuberante vegetación, y acoger la zona más lluviosa de Cuba: las Cuchillas del Toa, cuyas casi vírgenes pluvisilvas conforman, junto a los huracanes, la mayor “fábrica” de agua del archipiélago.
Esa inmensa área protegida es considerada la más importante de las Reservas de Biosfera declaradas por la UNESCO en el Caribe Insular, por su rica diversidad y endemismo de especies de la flora y la fauna, y constituir el hogar de siete de cada 10 aves que anidan en Cuba.
Estudios especializados indican que en el contiguo Parque Nacional Alejandro de Humboldt se localiza el dos por ciento de las especies de la flora endémica del planeta, e incluso grupos multidisciplinarios de investigadores han detectado varias desconocidas hasta entonces por la ciencia.
El desaparecido geógrafo cubano Antonio Núñez Jiménez afirmó que las pluvisilvas de la cuenca del Toa constituyen la mayor fábrica cubana de agua.
Tales atributos convierten a Baracoa en un hermoso jardín, el pénsil de Guantánamo, y el segundo municipio en importancia de la más oriental provincia del archipiélago.(ACN)