La ruta de la rumba

Editado por Maite González Martínez
2020-08-31 10:15:11

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Por: Guadalupe Yaujar Díaz

La rumba, género musical y danzario nacido en el siglo XIX, está ligada a la libertad y resistencia de los descendientes de esclavos africanos, devenida esencial componente de la cultura cubana.

Tomó sus bases para baile de salón en el siglo XVII a partir del son cubano. Se bailaba en las tabernas, bares y similares de aquella época. Se hizo popular en las primeras décadas del siglo XX.

La música y los movimientos del género están esencialmente vinculados a la cultura africana; también poseen algunos elementos característicos de la cultura antillana y el flamenco español.

Considerada madre de la salsa y la timba, constituye un ritmo que, por su riqueza, alimenta no pocos géneros latinos.

Por su influencia, ha llegado incluso a España, como precursora de las llamadas rumbas flamenca, catalana y gallega.

El pegajoso ritmo y la cadencia rumbera tienen cultores, también, en Argentina, en el sur del continente americano.

Su génesis la ubica en barrios marginados de ciudades como La Habana y Matanzas y en las proximidades de algunos puertos y en poblados de chabolas; llegó a ser especialmente popular en las zonas rurales habitadas por comunidades de esclavos africanos.

Es una de las manifestaciones musicales cubanas de mayor prestigio folclórico y popular, que se extendió hacia otras naciones.

Dada su importancia, en 2016 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) incluyó a la rumba cubana y todas sus prácticas culturales inherentes en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La rumba cubana, compuesta por toques, cantos, bailes y pantomima, puede bailarse solo o en pareja y generalmente tiene un carácter improvisado. Se danza al ritmo de la clave, reproduciendo patrones rítmicos con movimientos de caderas y pelvis.

Hay tres variantes: el yambú y la columbia, ambas originarias de la ciudad de Matanzas, y el guaguancó, de La Habana.

La ejecución del baile comprende formas verbales y gestuales de comunicación: cantos, movimientos, palmadas, bailes y un lenguaje corporal específico donde se mezcla de sensualidad.

A partir de instrumentos de percusión (3 tambores de duelas ligeramente abarrilados, llamados quinto, salidor y tres golpes), un par de marugas metálicas (nkembi) que usa en las muñecas el tocador del quinto de la columbia y un par de claves (palitos entre chocantes) con las que el cantante marca el ritmo.

Cuba posee prestigiosos grupos de rumba que, desde el pasado siglo, han divulgado lo más autóctono del género entre los que destacan  Clave y guaguancó, dirigido por Dedeo;  Los Papines y Los Muñequitos de Matanzas, y  las agrupaciones  Rumbatá, Rumba Lay y Yoruba Andabo entre otras.

El domingo último, concluyó la celebración, online, del XII Festival Internacional Timbalaye, La ruta de la rumba, mediante recitales línea de conjuntos del patio 

junto a agrupaciones rumberas y folclóricas de México, Italia, y de Estados Unidos.

El colofón de Timbalaye 2020 llegó desde Italia “Una rumba por la esperanza” para disfrutar de una lección del género, a cargo de los coreógrafos Irma Castillo y Ulises Mora, con su escuela de bailes cubanos Clave de Son, con sede en Roma.

Hoy día, la rumba sienta cátedra en un evento que .revitaliza el folclore cubano manifestación viva del patrimonio de la isla y lo disemina en otras regiones del mundo.

Elementos tomados de Ecured---



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