Leocadia Pérez Herrera. Foto: MC
Hay mujeres que han sido portadoras de las tradiciones que sostienen culturalmente el archipiélago cubano.
Leocadia Pérez Herrera nació el 9 de diciembre de 1893 en el poblado de Güines, no obstante, fue en la segunda mitad del siglo XX, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, donde realmente alcanzó su celebridad.
Segun las investigaciones sobre Leocadia, era una espiritista, al contrario de lo que cuenta la leyenda popular, los ritos o ceremonias afrocubanos no eran empleados en sus consultas, ella solo con perfume, flores y agua, lograba conectarse con el espíritu centenario del esclavo Hermano José que muchos llamaban Tá José, su guía espiritual, venerado por creyentes de disímiles religiones de origen africano y haitiano.
Su templo se encontraba a una cuadra del Café Colón, en las afueras de La Víbora. Allí iban a consultarse cientos de personas, que hacían colas desde la madrugada para ser vistos por el Hermano José. Muchos son los mitos alrededor de Leocadia, cuentan que su espíritu era tan poderoso que Leocadia salía y llamaba sólo a los que tenían problemas, a los demás les decía que se marcharan que no necesitaban de él.
Se dice que llegó a recibir en su casa visitas de personalidades tanto de la cultura como de la política, incluyendo integrantes de la alta sociedad de la época como el senador Heriberto Madrigal, Ignacio Jacinto Villa Fernández (Bola de Nieve), y hasta el propio Fulgencio Batista.
Existen muchos testimonios que afirman que a las personas de escasos recursos Leocadia les ofrecía sus servicios sin recibir remuneración alguna, por ello ganó una gran devoción entre los pobres.
La imaginación y la confianza en sus vaticinios formaron las creencias en torno a su vida, lo más impresionante fue lo del retrato del hermano José o o Tá José, se dice que el espíritu esclavo se le “apareció” a un pintor ciego y este, pudo dibujar con el pincel, cada trazo de su rostro, convirtiéndose en la imagen que presidía las sesiones espirituales.
tumba de Leocadia Pérez Herrera.
Foto: MC
De esta manera era que sus creyentes, además de escucharlo a través de la médium, también alcanzarían verlo, aunque no podía ser fotografiado, pues todo aquel que intentó hacerlo sólo logró captar un conjunto de manchas blancas.
Leocadia Pérez Herrera fue enterrada, junto al lienzo del Hermano José, el 3 de junio de 1962 en un féretro de bronce. Los presentes afirmaron que la pintura se fue borrando poco a poco y al momento de introducirla en el ataúd el rostro del esclavo estaba completamente confuso.
Según testimonios, el propio Taita José le avisó de su muerte, aun cuando ella, en sus consultas diarias, anunciaba el camino de quienes acudían a su auxilio. Taita José le juró lealtad a su médium, por lo que notificó que, al morir Leocadia, no reencarnaría en ninguna otra persona, jamás.
violín a Ta José
Fanáticos y devotos le ofrecen cada 19 de marzo, día de San José, un toque de violín y otros rituales, así como son escuchadas melodías como el Ave María y la Bella Cubana.
Estrella en la tumba de Leocadia y Ta José.
Foto: MC
Una estrella tejida de siete puntas y siete colores que constituye el símbolo que representa al Hermano José, está presente en la bóveda que los guarda. También es confeccionada de tela para ser llevada o guardada por los creyentes.
Actualmente, la tumba de la médium en la Necrópolis de Cristóbal Colón, es la segunda más visitada. Sus leales seguidores no renunciaron a la idea de perderlos para siempre y han convertido su tumba en lugar de peregrinación permanente. A ella llegan hoy los que aun la necesitan, aquellos que van a rogar por la solución de algún problema, que piden sus deseos y colocan ramos de flores y otras ofrendas.
En la barriada de Víbora Park se le construyó un templo, en su honor. (Tomado de Internet)