Convento Belén
Situado en la calle de Compostela, desde la calle Luz hasta la de Acosta, y por el fondo hasta la calle Picota, el antiguo Convento de Nuestra Señora de Belén es el primer edificio barroco de La Habana Vieja, por lo que puede considerarse padre del barroco cubano.
patio del Convento de Belén
El inmueble se destaca por sus gruesas paredes de piedra, sus grandes ventanas con acabado de madera en arco, sus columnas de las entradas y los sencillos pero abundantes ornamentos, pero no menos relevante es el gran patio interior, con abundante naturaleza tropical.
Considerado el mayor de los conjuntos religiosos de la ciudad, fue fundado en 1704, comenzó a edificarse a fines del siglo XVII por el ilustre obispo Diego Evelino de Compostela quien en terrenos de su propiedad lo destinaba a refugio de convalecientes pobres, pero el fundador no vio terminada su obra.
Las obras del hospital y de la iglesia comenzaron en 1712 y en 1720 se dieron por concluidos el colegio, la escuela y la enfermería, que abarcaban el primer claustro.
Dirigido por los padres y las monjas de la Orden de Belén, en 1718, esta institución se dedicó en un principio a la enseñanza primaria de niños y jóvenes, era la única gratuita hasta 1854 en que se hizo entrega de todo el edificio a los padres jesuitas para el establecimiento del real colegio de La Habana.
Convento de Belén 1925
En las primeras décadas del pasado siglo XX se remodeló para crear mejores condiciones en el colegio. En 1925 los jesuitas se trasladaron a otra instalación en el barrio de Marianao.
Esta edificación albergó hasta finales del siglo XIX, el más importante observatorio meteorológico de la zona tropical del Planeta. En consecuencia, Belén fue expandiendo su alta funcionalidad hasta llenar aquel vacío institucional.
A partir del 1 de marzo de 1857 se comenzó a llevar un registro sistemático de las lecturas del termómetro y de la lluvia caída en La Habana, lo que permitió reunir desde entonces una de las series de observaciones climatológicas de más larga data en la historia de la Meteorología en Cuba.
El 11 de septiembre de 1875, y desde el Observatorio del convento de Belén, el padre Benito Viñes elaboró el primer pronóstico y primer aviso de ciclón tropical de la historia. Desde entonces se emitieron, centenares de avisos de ciclón tropical que resultaron decisivos para preservar las vidas y los bienes de quienes estaban en tierra o viajaban por mar entre Europa o América del Norte y la Habana.
Museo observatorio Covento de Belén
Además, se realizaron estudios del geomagnetismo y la sismicidad en Cuba; y se observó y emitió información pública y oficial acerca de fenómenos astronómicos relevantes.
La Academia de Ciencias entregó posteriormente estas áreas a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y a finales de los años 90 del siglo XX, se comenzó a restaurar el inmueble del Convento de Belén que había perdido notables elementos constructivos, causados por derrumbes, más un incendio que lo afectó seriamente.
Gracias a proyectos de cooperación en 1996 se inauguró la Iglesia restaurada. Paulatinamente se fue trabajando en la recuperación de todo el conjunto religioso se devolvió el esplendor de los espacios dedicados a las ciencias, como la torre noroeste del edificio, donde se halla hoy el primer Museo Meteorológico de Cuba.
convento de Belén
En la actualidad radican en Belén la Oficina de Asuntos Humanitarios de la Oficina del Historiador, junto a importantes áreas especializadas que se encargan de velar por la salud, la protección y el bienestar de los adultos mayores. Para ello, cuentan con los centros diurnos, las residencias protegidas, la residencia interna donde los ancianos asisten a talleres, reciben fisioterapia, poseen una alimentación adecuada y cuentan con personal de salud especializado.
Este es uno de los propósitos sociales con más éxito de La Habana y es testimonio de cómo el dinero del turismo y la planificación estatal también benefician a los lugareños.
Para todos, es bien conocida la cantidad de egresados del Colegio de Belén que se destacaron por sus cimeros desempeños en la historia de Cuba, nombres que descollaron en la cultura artística y literaria tanto en las ciencias como en la política. (Recopilación Internet)