Casa Museo en el Vedado
El Vedado, un barrio bien trazado y edificado desde el siglo XIX, fue famoso y preferido por los habaneros en el XX. Desde las primeras décadas de este siglo contó con hermosas residencias eclécticas que definieron su arquitectura doméstica.
Sala de la casa museo
La Casa del Vedado es un edificio con estilo del eclecticismo europeo del siglo XVIII, construida en 1921 situada en la calle 23 entre D y E con el número 16 (a partir de la década de 1940, fue marcada con el número 664).
Propietarios de diferentes procedencias levantaron sus viviendas junto a las familias que primero abandonaron la congestionada Habana. Se completaron solares y transformaron otros, cuyos proyectos cumplían con las ordenanzas vigentes: verja, jardín y portal en todas las edificaciones.
Casa museo
El señor Manuel Campa Álvarez, comerciante de oficio y propietario de los Almacenes La Isla de Cuba, el 8 de octubre de 1920, solicitó la aprobación de la Alcaldía Municipal para demoler los cuartos de madera y tejas que poseía en la calle 23 entre D y E, Barrio de Medina, con el propósito de construir una obra de mampostería.
En noviembre de ese año se demuelen y en febrero de 1921 se otorga la licencia para la construcción de un edificio de una planta, de ladrillos, dedicado a vivienda particular.
Comedor casa museo
Bajo la dirección facultativa del arquitecto José Roselló, las obras concluyeron en noviembre del propio 1921, realizadas solo en 204 días hábiles, abarcando una superficie fabricada de 408 metros.
Con destreza y acierto se emplearon materiales nobles para su construcción como la piedra para sus fachadas, con adornos esculpidos en la misma; maderas preciosas para la carpintería, con puertas de vidrieras y persianas a la francesa; y mármol y mosaicos de la mejor calidad para sus pisos.
Aquí vivió, Doña Ángela Campa, hija de Don Manuel, y su esposo, el murió en 1986 y ella en 1998. Angela la dejó en herencia a una amiga que luego la vendería al estado.
Cuarto casa museo
Más adelante la oficina del historiador de la Habana la convertiría en museo sin fin museológico, sino más bien como una institución cultural dedicada a contar como vivían algunas familias habaneras de clase media en la época republicana, y donde se desarrollan actividades encaminadas a fomentar la conservación de los valores patrimoniales.
Glorieta jardín casa museo
La casa cuenta con jardines, recibidor, sala, saleta despacho, holl, 3 dormitorios, comedor, cocina y garaje, las áreas exteriores, se aprecia el murmullo de la fuente y la sombra de una glorieta.
Garaje casa museo
Recreando la época de su construcción se colocó el mobiliario apropiado en cada uno de sus espacios todos de estilo y acompañados de objetos decorativos de gran valor artístico, como porcelanas, opalinas y biscuit; bronces y plata, todos “a la mano”, donde solo la prudencia evita el contacto cuando la belleza incita a tocarlos.
Tal parece que vive aquí aún una familia, no hay objetos en vitrinas, ni carteles que digan de que época son las piezas ni a que estilo pertenecen, hay un baúl abierto como de quien ha llegado recientemente, sillones gastados por su uso cotidiano. Y el sonido de una victrola americana que funciona perfectamente como si el tiempo no hubiera pasado, el sonido de la máquina de coser o del Ford de 1928, que bien funcionan, rompen el silencio de sus habitantes, invitando a pasar. (Recopilación de Internet)