Historia, cultura y pasión en el ron ligero cubano (+Fotos)

Editado por Maria Calvo
2024-09-10 12:31:01

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Bodega Don Pancho en Santiago de Cuba

por Nelson Hair Melik Marrero

Desde su origen en 1862 en Santiago de Cuba, el ron ligero cubano es mucho más que una bebida conquistadora de los paladares más exigentes alrededor del mundo, deviene manifestación genuina de la historia, cultura y pasión de un pueblo.

Elaborado a partir de la melaza de la caña de azúcar, planta adaptada al clima tropical y suelo de la isla caribeña, y de manera rudimentaria en sus inicios, fue perfeccionándose con el mejoramiento de las técnicas de destilación y añejamiento hasta lograr un producto de altos estándares de calidad, distinguido por su suavidad, sabor, aroma y equilibrio inigualables.

Maestra del Ron Cubano

Para la maestra del ron cubano, Noemí del Toro, el nacimiento de ese producto no fue casual sino por innovación, en tanto el deseo de mejorar la tafia, aguardiente muy tosco precursor de lo hoy conocido, sumado al conocimiento adquirido en la población abrieron las puertas hacia nuevas formas.

Con el paso del tiempo se fueron incorporando adelantos como la columna de destilación continua, las filtraciones para eliminar impurezas y bacterias, ciclos diferentes de añejamiento en barriles de roble blanco, entre otros que, bajo la premisa de mantener los valores esenciales de la tradición de esa industria nacional, pero aplicando ciencia y técnica, posicionaron los elíxires cubanos entre las mejores bebidas espirituosas del orbe.  

La experta dijo que cada etapa resulta supervisada celosamente por los maestros, quienes combinando sapiencia, experiencias, respeto y buenas prácticas en armonía con el medio ambiente, transmiten de generación en generación los conocimientos aplicados en bodegas de añejamiento, zonas de mezcla y laboratorios, en aras de garantizar la salvaguarda del proceso de fabricación y obtener productos de excelencia.

Bodega Don Pancho

La provincia suroriental, a casi mil kilómetros de La Habana, acoge la Catedral del Ron Cubano, conocida como bodega Don Pancho, lugar donde se ponen en práctica saberes acumulados por más de siglo y medio, y celoso guardián de gran cantidad de líquido,  incluidas las bases añejas más antiguas del país.

Del Toro asegura que para los entendidos del tema y especialistas, ese sitio sagrado- ubicado en la Avenida Jesús Menéndez, muy cerca de la estación de ferrocarriles-, deviene fortaleza y herramienta al momento de diseñar productos únicos en el orbe, de reconocida calidad y demanda en el mercado nacional e internacional.

Según manifestó la maestra ronera, los conocimientos aquí surgidos fueron expandidos hacia todas las regiones de la Isla, sinónimo de la unidad del sector, lo cual deviene orgullo y responsabilidad, pues ya no es solo el ron que identifica a Santiago de Cuba, sino a la cultura e identidad de toda la nación.

Constituye un honor, como maestra y santiaguera, revivir la impronta de los legendarios iniciadores mediante la narración del nacimiento del ron cubano en esta urbe, por las condiciones existentes en aquella época, desde la cantidad de ingenios y maneras de hacer, hasta las ideas innovadoras de entonces; así como sabernos fieles continuadores de ese legado, afirmó.

No importa que sea blanco o dorado, añejo o joven, este símbolo de cubanía está ligado indisolublemente a la historia y formación de los habitantes de los dominios antillanos, siendo la paleta de sabores de estas bebidas tan variada como la misma idiosincrasia de su pueblo.  

Tradición

De acuerdo con la también ingeniera química la cultura ronera está vinculada con el pasado, desde los comienzos la industria se relacionó con el comportamiento, alegría, fuerza y resistencia de los cubanos, y por supuesto, con su paladar exigente.

Ron de Cuba

La bebida estuvo presente también en las luchas por la independencia de la ínsula, en carnavales, festividades populares y homenajes, de ahí la importancia de entender al espirituoso como producto de deleite de sus notas características y consumo responsable, enseñanza que asimismo transmiten los hacedores de tales libaciones.

Esta industria contribuye  de forma significativa a la economía de la nación caribeña, y es además una embajadora del sabor, autenticidad, cultura, tradición y saber de Cuba en el universo, que invita a conocer y celebrar la riqueza de la mayor de las Antillas. (Tomado de ACN)



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