Foto: Archivo.
La Habana, 15 oct (RHC) En el perímetro que delimita la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana se levanta el edificio de la Biblioteca Nacional de Cuba, también con el nombre de nuestro Héroe Nacional.
Tal fue su último emplazamiento, pues esa institución tuvo varias sedes en sus 120 años de trayectoria vital. Recordemos que sus orígenes se remontan al 18 de octubre de 1901, cuando un grupo de intelectuales cubanos hizo posible su nacimiento, avalado por una Orden Militar del gobierno interventor que nombraba a Domingo Figarola como su primer director.
En un pequeño espacio del Castillo de la Real Fuerza tuvo el primer asentamiento. Apenas un año después, debió trasladarse a un local en los altos de la Maestranza de Artillería, con sus precarios fondos bibliográficos. Y en 1938..de vuelta al Castillo de la Real Fuerza.
Patrimonio excepcional
Gracias a gestiones del doctor Fernando Ortiz y otros intelectuales empeñados en que la Biblioteca Nacional tuviera finalmente un edificio adecuado a sus funciones, se compró una parcela en la llamada Ermita de los Catalanes.
En 1952 se colocó la primera piedra, pero los planes para la construcción de la llamada Plaza Cívica obligaron a trasladar su ubicación hasta el lugar en que finalmente se alzó el sobrio edificio, inaugurado el 21 de febrero de 1958.
En este año de celebración, la Biblioteca Nacional José Martí fue declarada Monumento Nacional, en correspondencia con la relevancia de una institución que salvaguarda el tesoro documental, bibliográfico, artístico y sonoro del país.
Posee un patrimonio documental excepcional, entre libros, revistas, periódicos, documentos, mapas e imágenes, desde el siglo 15 hasta el presente.
Hitos históricos en la biblioteca
El aniversario 120 de la fundación de la Bibloteca Nacional ha propiciado también la celebración de los 60 años del histórico discurso de Fidel conocido como Palabras a los intelectuales, y el centenario del poeta y ensayista Cintio Vitier, quien durante años laboró allí como investigador.
Presentaciones de libros y la revista institucional, exposiciones del fondo patrimonial y de artes visuales, paneles y reconocimientos conforman el programa de este mes para el jolgorio.
Cuando reabra, sus usuarios encontrarán una edificación renovada, lista para ofrecer servicios de mayor calidad y extender más su alcance cultural.
Además se destaca la refundación de la Sala Infantil y Juvenil “Eliseo Diego”, en la que ese público, sin descartar la lectura de la letra impresa, dispondrá de diversos soportes tecnológicos. Son tiempos de cambios. (Fuente: Radio Reloj)