¡Qué gente, caballero, pero qué gente!

Edited by Leanne González
2017-06-30 14:50:05

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foto tomada de cubasi

Este sábado se transmitirá el último programa Alegrías de sobremesa, por Radio Progreso. Será la despedida de uno de los más populares espacios de la radio nacional cubana de todos los tiempos.

Uno llegó a pensar que Alegrías de sobremesa iba a ser eterno. Pasaban los años y allí estaba, al sintonizar Radio Progreso un poco antes de las 8:00 de la noche. O en retransmisión, diez minutos antes del mediodía.


El elenco cambió con los tiempos. De los protagonistas de los primeros años, a estas alturas, solo quedaba Aurora Basnuevo, que hizo célebre a su mulata Estelvina, creadora de frases que pasaron de inmediato al acervo nacional.

Rita y Paco (Marta Jiménez Oropesa e Idalberto Delgado) fueron los anfitriones por varias décadas de unos cuantos vecinos de un edificio multifamiliar. Sus peripecias en un apartamento típico divirtieron a generaciones completas de cubanos.Alegrías de sobremesa llegó a ser como el pan de cada día. Fue por mucho tiempo el

programa más popular de la radio nacional. Pero hace unos meses murió su creador y guionista por excelencia, el gran Alberto Luberta. Y nadie pudo sustituir al maestro. Se sucedieron las retransmisiones. Y este sábado, finalmente, se despedirá de su público.


Han sido 52 años y más de 30 mil emisiones. No será un record, pero casi.


Humor de verdad

 


El éxito de Alegrías de sobremesa se explica en su decidida apuesta por el humor costumbrista cubano. De hecho, el espacio fue heredero de la gran tradición vernácula del teatro y la radio de la primera mitad del siglo XX.
Y también destacó por el excelente diseño de los personajes. Alberto Luberta logró algo muy difícil: otorgarles un idiolecto, una «personalidad» singularísima a cada uno. Se partió, por supuesto, de arquetipos, pero sin perder de vista la humanidad.

Por eso tantas veces el escritor logró armar sus sketches a golpe de reacciones de los personajes, dejando en segundo lugar a la peripecia pura.


Asumir un libreto diario durante tantos años parece una tarea titánica, pero Luberta «le cogió la vuelta». «Conocía» tan bien al vecindario que bastaba buscar un pretexto para ponerlos a hablar. El guionista lo confesó una vez: había capítulos que salían de un tirón. Otros, por supuesto, costaban más. Pero siempre contó con la complicidad del elenco.

De hecho, la conformación de un personaje siempre fue cuestión de dos. Luberta ponía la pauta, pero los aportes del actor definían el carácter.


La lista de intérpretes de Alegrías de sobremesa en su más de medio siglo de existencia resume en buena medida lo mejor del humor y el histrionismo radiofónico nacional: Agustín Campos, José Antonio Rivero, Carlos Moctezuma, Enrique Arredondo, Eloísa Álvarez Guedes, Erdwin Fernández, Darío Proenza, Dulce María Velasco, Miriam Isabel, Pipo de Armas, Leonel Valdés, Juan Carlos Romero, Alexis Valdés, Antonio (Ñico) Hernández, Humberto García Espinosa, Aida Isalbe, Manuel Marín, Martha Velasco, Ramoncito Hernández, Julito Martínez, Maggie Castro, Diana Rosa Suárez, Reinaldo Miravalle, Mario Limonta… Más otros tantos que se sumaron en los últimos años.

No en vano Alberto Luberta se enorgullecía de esos actores. «Somos una familia muy bien llevada, así da gusto trabajar» —le comentó a este redactor en una ocasión.


Eduardo Rosillo, el más emblemático de los locutores de Radio Progreso, también contribuyó al estilo único de Alegrías… Era otro de los imprescindibles. Su voz identificó al espacio por muchísimos años, hasta el punto de que algunos radioescuchas lo denominaban «el programa de Rosillo».


Y por último, la cuarta pata de esta mesa: la orquesta Aragón, que fue la anfitriona musical de cientos de emisiones y que (no podía ser de otra manera) estará en el programa del adiós.

 


Cierra una época


La última grabación de Alegrías de sobremesa fue un momento muy emotivo para sus protagonistas y para el público que asistía habitualmente al estudio teatro de Radio Progreso. Lágrimas hubo, pero también satisfacción por la grandeza del patrimonio que se deja. Ojalá que estén al alcance de todos los interesados las grabaciones que se atesoran.


¿No sería buena idea retransmitir al menos una vez de la semana los programas que se conservan en los archivos?


El lugar de Alegrías de sobremesa en la parrilla de las noches será ocupado por el humorístico Ruta con risa. Pero el lugar en la memoria afectiva de cientos de miles de cubanos no podrá ser reemplazado mientras vivan: ¡Qué gente, caballero, pero qué gente!

con informacion de cubasi



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