Por Guadalupe Yaujar Díaz

El 12 de octubre próximo Matanzas cumplirá tres siglos y cuarto. Es conocida como la ciudad de puentes y ríos y es una de las principales villas cubanas fundadas a finales del siglo 18,  en 1693, en un sitio privilegiado de la geografía norte de Cuba,  entre la desembocadura de los ríos Yumurí, San Juan y Canímar.

Entre verdades y leyendas, quienes indaguen, pueden enterarse  del acto de rebeldía aborigen que recoge en sus crónicas el fray Bartolomé de Las Casas. Se trata del primer hecho significativo de su historia, y por lo cual lleva su nombre. Ocurre en 1510,  cuando un grupo de aborígenes dio muerte a colonizadores españoles. El hecho adquiere singular relevancia porque aún no se había iniciado la conquista de Cuba y esta temprana acción rebelde adquiere el mérito de la primacía a la par que, por su repercusión sangrienta, dio el nombre de Matanzas.

Esta ciudad del occidente cubano y, capital de la provincia del mismo nombre, es reconocida por los sobrenombres de “La Bella Durmiente”, por la cercanía del Pan de Matanzas, elevación que semeja una mujer dormida; “La Venecia Cubana” por sus tres ríos; o “la Atenas de Cuba”, declarada así en 1860, por la relevancia económica que impulsó su esplendor cultural a finales del siglo 18.

De ahí que con beneplácito exhibiera la introducción de la imprenta con motivo del primer periódico, el Diario de Matanzas, en la década de los 30 del siglo 19, iniciando lo que se considera el Siglo de Oro de la ciudad. Es la época de los versos y ensayos teatrales de Heredia, del fomento de la cultura local por Domingo del Monte, Plácido, Juan Francisco Manzano y Félix Tanco, entre tantos insignes intelectuales.

Desde la Ermita de Monserrat puede apreciarse la trama urbana de una ciudad que desde el 12 de octubre de 1693 estuvo ubicada en el mismo lugar que hoy ocupa.

A diferencia de otros pueblos de nuestra isla,  Matanzas posee, desde sus inicios un orden, bien urbanizado como ocurre con una localidad moderna. Expertos en urbanismos, arquitectos y especialistas la consideran la más moderna que erigieron los españoles en el Nuevo Mundo y están de acuerdo hoy en considerarla una ciudad académica.

De estilo arquitectónico esencialmente neoclásico señorial y elegante, desde hace varios años, está sujeta a un proceso de restauración del centro histórico, sitio que ostenta la condición de Monumento Nacional.

Dueña de importantes fortalezas posee excepcionales recursos naturales; áreas con potencialidades turísticas, situación geográfica favorable e instalaciones con altos valores arquitectónicos, históricos y culturales que la potencian a niveles nacional y foráneo.
De ahí las acciones estratégicas recogidas en el Plan 325, proyecto de continuidad hasta 2020, centrado en detener la imagen citadina, potenciar la recuperación progresiva de sus valores e incrementar capacidades de alojamiento, servicios y sus atractivos culturales y patrimoniales.

Del esfuerzo estatal -en el que confluyen varias entidades, las comisiones de monumentos nacionales y provincial, y la Oficina del Conservador de la Ciudad, Leonel Pérez Orozco- la reanimación de la Zona Priorizada para la Conservación conlleva grandes esfuerzos al tratarse de un centro histórico tan grande, el segundo más grande del país.

El área de prioridad se ubica en el núcleo citadino entre el río San Juan y las calles Narváez Manzano y 2 de Mayo, así como la bahía.

Entre los sitios en reanimación se encuentra el inmueble que ocupa la Oficina del Conservador de la ciudad, y donde quedará instalada la maqueta de Matanzas; la Escuela de Oficios, la cual se vinculará a esa oficina y también la Calle del Medio que se convertirá en un paseo peatonal-comercial, entre otras..

Importantes edificaciones, en espacios públicos, devienen La Plaza de la Vigía,--Centro fundacional de la ciudad, a partir de ella se inició el trazado de las principales vías de acceso de la futura urbe-- integrada por el teatro Sauto, el Cuartel de Bomberos, la sede de Patrimonio y el Museo Provincial Palacio de Junco.

Se trabaja, también, en la ampliación de la calle Cuní y en la unión del Viaducto con la calzada de Tirry y San Luis mediante el establecimiento de un vial. Múltiples resultan las labores entre las que destaca el emblemático Hotel El Louvre, el Palacio de Gobierno, el más antiguo, 1853, en funciones hasta la actualidad, y los parques ubicados en el corredor turísticos y monumentos entre otras importantes obras.

Como muchos coterráneos me apego, por estos días, a todos las transformaciones que ocurren en esta ciudad de encantos y amores juveniles.. Quizás, será porque en ella el poeta José Jacinto Milanés hizo el primer verso que consagra la Cubanidad en general y la Matanceridad. (*)

(*) José Jacinto Milanés. Nacido en Matanzas (1814-1863). Poeta, dramaturgo, ensayista, y uno de los principales cultivadores del drama romántico en lengua española.