Por Martha Ríos
Desde la segunda mitad del siglo XIX, octubre está signado en Cuba por acontecimientos fuertemente vinculados con el desarrollo y consolidación de nuestra nacionalidad, proceso formativo que se inició en el XVII.
El año 1959 materializó sueños y proyectos que ya visten trajes largos. Uno de ellos es la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) cuya fundación se inscribe el 7 de octubre, hace 58 años, aunque su primer concierto lo ofreció el 11 de noviembre de 1960.
Ocurrió en el teatro Auditórium ‘Amadeo Roldan’, en La Habana, bajo la batuta del maestro Enrique González Mántici.
A partir de entonces, la música sinfónica y de cámara, cubana y de distintas latitudes, tuvo mayor difusión en el país.
La agrupación asumió un repertorio vastísimo que va desde la Edad Media, el Renacimiento, Barroco, hasta otros períodos históricos como el Clasicismo, el Romanticismo, y el Contemporáneo. A todos imprime una sonoridad muy nuestra con la que también ha paseado con éxito disimiles escenarios nacionales y del resto del mundo.
Desde los años fundacionales la OSN realiza ciclos de conciertos didácticos, ha participado en espectáculos liricos y de ballet, en producciones discográficas, Festivales Internacionales de Guitarra, de Música Contemporánea, del Nuevo Cine Latinoamericano…
La membresía de esta institución ha estado a la altura de sus presupuestos: músicos de valía internacional. ¿Y qué decir de los maestros que la han dirigido, titulares o invitados?
Descuellan entre otros, Manuel Duchesne Cuzán, Félix Guerrero, Roberto Sánchez Ferrer, Gonzalo Romeu, Leo Brouwer, Francesco Belli, Michel Legrand, Bernard Rubinstein, y su actual director, Enrique Pérez Mesa.
Video tomado de Youtube
RECUENTO NECESARIO
La OSN tiene sus antecedentes en el siglo XVIII, cuando las catedrales de La Habana y Santiago de Cuba tenían un número, aunque reducido, de cantantes e instrumentistas.
Fue en la oriental ciudad donde el compositor y presbítero cubano Esteban Salas formó la primera orquesta que interpretó música clásica en Cuba. Era pequeña, pero tiene el mérito de ser la iniciadora.
Luego, en 1922, ya con un formato completo, una vida institucional permanente y una programación continua, según expertos, se creó la Orquesta Sinfónica de La Habana, con el maestro Gonzalo Roig al frente. Dos años más tarde se organizó la Orquesta Filarmónica de La Habana, dirigida por Pedro San Juan.