La Habana, 4 jul (RHC) Aunque Casa de las Américas fue creada en Cuba el 28 de abril de 1959, la inauguración en su majestuosa sede en La Habana no fue hasta el cuatro de julio del propio año.
En un acto presidido por el entonces ministro de Educación, Armando Hart Dávalos, quedó abierta al mundo la institución en el edificio de la antigua Casa Continental de la Cultura, sita en el habanero barrio de El Vedado.
La construcción pertenece a la década de 1940, tiene un estilo Art Deco tardío pero, amén de sus innegables valores arquitectónicos, lo más importante quizás fue su conversión en hogar de cientos de escritores, músicos, artistas de la plástica, teatristas e investigadores del continente.
Casa de las Américas recién cumplió 61 años marcados por una labor invaluable en la defensa de la cultura e identidad de la región.
Surgida en medio de un escenario político hostil, debido al constante asedio de Estados Unidos y gobiernos oligárquicos de Latinoamérica y el Caribe, la Casa logró convertirse en uno de los baluartes de Cuba para impedir el aislamiento y refrendar la creación.
Con el impulso fundacional de la heroína de la Revolución Cubana Haydee Santamaría, la entidad exhibió desde el inicio una mirada heterogénea en relación al universo artístico, complementado con los estudios sobre la mujer, los pueblos originarios, los latinos y afrodescendientes.
A lo largo de su historia, ha acogido a prestigiosos creadores como Víctor Jara, Rodolfo Walsh, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Aquiles Nazoa, Francisco Manrique Cabrera, Mario Benedetti, Juan Aburto, Eduardo Galeano, Alfredo Bryce Echenique, Antonio Cornejo Polar y Gonzalo Rojas.
Otros autores como Juan Marinello, Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Mirta Aguirre, Onelio Jorge Cardoso, Fayad Jamís, Luis Rogelio Nogueras, Darcy Ribeiro, Manuel Galich, Rigoberta Menchú, Elena Poniatowska, José Emilio Pacheco, Camilo José Cela, Juan Marsé y José Saramago también asociaron su obra a la entidad.
El argentino Cortázar destacó la labor de la institución como centro de recepción de la cultura del mundo, imposible de obviar por "la calidad y la validez de la producción intelectual y artística que la Casa vehicula y estimula", en tanto afirmó: "aquí me descubrí latinoamericano".
"Desde su creación, la Casa quiso ser un centro de difusión de estudio y de encuentro del arte y las letras latinoamericanas, o sea, una nueva forma de lucha contra la segmentación y el desmembramiento de nuestra cultura", apuntó Benedetti.
Por su parte, Roberto Fernández Retamar, uno de sus líderes y anterior presidente señaló: "la Casa de las Américas sobrevivirá largamente a sus creadores, a sus primeros trabajadores y ya están aquí los que van a asumir el mando, la dirección, la creación en los años por venir, y esa es mi felicidad".
En relación al contexto actual marcado por la Covid-19, el hoy presidente de la entidad, Abel Prieto, indicó: "la Casa, al igual que los representantes dignos de los pueblos latinoamericanos y caribeños, apuesta por la cultura de la paz, de la hermandad" para enfrentar esta crisis.
El centro cultural, concebido como un espacio de intercambio de distintas perspectivas y uno de los más prestigiosos de Latinoamérica, promociona, investiga, auspicia, premia y publica la labor de creadores e intelectuales del continente.
La institución, que fomenta el intercambio con centros de igual propósito y personas de todo el mundo, ha marcado hitos como auspiciadora de reconocidos eventos como el premio literario y el de musicología que llevan su nombre, así como el de la Canción Protesta.
Destaca también la revista Casa de las Américas, devenida una decana de las publicaciones periódicas de su tipo por su rol en la visualización de la obra de consagrados y jóvenes creadores, escritores y artistas que difícilmente se hubiesen conocido sin la existencia de este espacio abierto por Cuba para el continente. (Fuente: Prensa Latina)
