Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
por Jorge Luis Moreira Massagué
El Museo Ferroviario de Camagüey, único en Cuba que propone un viaje imaginario en tren, y su entorno, encierra muchas historias sobre este medio de transporte en el territorio y sus protagonistas que están al alcance de todos en una zona muy pintoresca, entre las céntricas calles Avellaneda y República, en el área norte de la urbe, donde confluyen tradición y modernidad.
A cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), la instalación ocupa el inmueble de la que fue la segunda estación ferroviaria de la demarcación, construida en 1910, la cual recuperó de un estado ruinoso y transformó sus alrededores, de manera que hoy se cuenta con una institución referente de la preservación del patrimonio local, al servicio de lugareños y visitantes.
Museo Ferroviario de Camagüey es interactivo. Imagen: Infotur
Es interactivo el centro, pues las personas pueden acudir a recrear, conocer y argumentar sobre la génesis y desarrollo del ferrocarril en la provincia y en Cuba, incluyendo el uso de las tecnologías, las cuales favorecen que el público interactúe con el contenido según sus gustos, sin necesidad de un guía, y cada una de las estaciones adonde en el viaje imaginario se llega en tren poseen pantallas que transmiten constantemente historias del ferrocarril.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Facebook
Quienes deciden adentrarse en la mágica experiencia, arriban en un primer momento a la estación El Lugareño, dedicada a la Línea del tiempo, con los hechos más significativos y donde los visitantes tienen la posibilidad de buscar en una pantalla táctil la información según sus intereses.
El nombre de la citada parada honra al periodista y luchador independentista Gaspar Betancourt Cisneros, precursor del ferrocarril Nuevitas-Puerto Príncipe (actual Camagüey), el primero que surgió en la región agramontina.
Cuando aún Cuba no poseía vías férreas, El Lugareño propuso al gobierno de la región de Puerto Príncipe el mencionado enlace con el Puerto de Nuevitas y la capital camagüeyana, ante lo cual los hacendados locales hicieron resistencia.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Cadena Agramonte
Gaspar Cisneros en 1827 invirtió su propio capital y pagó a los ingenieros norteamericanos para que hicieran el estudio del terreno y así demostrar la factibilidad de ese proyecto, teniendo en cuenta las potencialidades de la norteña urbe, fundamentalmente la transportación de mercancías, entre ellas azúcar y las derivadas de la actividad de la ganadería, con amplio arraigo en la época.
En 1866 se inaugura el ferrocarril Nuevitas- Puerto Príncipe, que tuvo gran repercusión desde el punto de vista económico y social, pues favoreció también con el tiempo el traslado de pasajeros, y hoy constituye enlace primordial entre la ciudad industrial de la provincia y esta urbe, pasando por varias comunidades rurales de tres municipios del territorio.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
Luego, en la estación La Vigía, alegórica a la arquitectura y el paisaje ferroviario, "los viajeros" aprecian las construcciones realizadas alrededor del desarrollo de este tipo de transporte, aledañas al edificio de los Ferrocarriles, el cual data de 1924 y siempre ha sido la sede de las oficinas centrales del sector, actualmente de la Empresa Centro-Este.
De igual manera, se hace alusión a viviendas edificadas y al reparto La Vigía, alrededor de ese edificio, y más adelante surgen los Talleres Ferroviarios, los primeros de América Latina y los más grandes de la época que abarcaban todas las gamas de las labores que requiere el ramo para su movimiento. En sus entornos comenzaron a asentarse entonces trabajadores y administrativos de la mencionada entidad.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
La próxima estación en el viaje imaginario es la llamada El Ferroviario, dedicada a las vidas cotidianas del sector y a los oficios, antiguos y actuales, algunos de ellos desconocidos pero que son importantes para el funcionamiento y circulación de los trenes.
Como otro elemento distintivo del museo camagüeyano, allí se instaló una pantalla que refleja las trayectorias de muchos hombres y mujeres que han entregado sus vidas al ferrocarril, y los usuarios pueden acceder a todo ese quehacer y los aportes efectuados al gremio.
Le sigue la estación denominada El Vapor, que alude al decursar de las tecnologías y señales empleadas, primeramente con el teléfono de magneto y hasta nuestros días, cuando se utiliza el celular, además de las señales manuales que aún se mantienen.
El Vapor ofrece detalles a la población acerca de estos temas desconocidos y que son imprescindibles en la comunicación específica y certera en el llamado "camino de hierro", al garantizar el trasiego seguro de los trenes y la prevención de accidentes.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
Por otro lado, la peculiar instalación abarca áreas temáticas exteriores como la que muestra cuatro exponentes de las primeras locomotoras de vapor existentes en los centrales azucareros de la provincia, el Noel Fernández, antiguo Senado, y el Carlos Manuel de Céspedes, y se exhiben en esta área dos zeppelines que pertenecieron al ingenio Jaronú, cuya función era mover la caña desde la casilla hasta el basculador de la industria azucarera y se abastecía con el vapor del propio central.
Aledaña a la actual terminal Ferro-ómnibus, donde concluye oficialmente el ferrocarril Nuevitas- Puerto Príncipe, está en construcción un segundo parque temático que tratará acerca de la etapa moderna, y mostrará cinco exponentes de locomotoras diesel eléctrica, en un área techada.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
El museo se ubica en el principal nodo ferroviario de la provincia, pues en su centro de encuentran todas las operaciones más importantes, tanto de carga como de pasaje.
La primera estación que surgió a raíz del ferrocarril Nuevitas- Puerto Príncipe fue la llamada San José, la cual desapareció, de cuya causa no hay certeza, se piensa que fue un incendio o derrumbe, según refieren especialistas.
En el sitio que ocupa el museo radicó la segunda estación de Camagüey, y seguidamente, en la parte de la calle Avellaneda hacia Rosario se levanta la de cargas, que hoy es la estación principal de pasajeros.
También en ese tiempo se erige la estación del expreso, pasada la popular calle Rosario.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
Ante el estado deplorable de la antigua estación que acoge al museo, la OHCC asume su reparación en el año 2016, acciones que incluyeron el cambio total del entorno desde la calle Rosario hasta Santa Rosa.
Resaltan en los predios el parque de viajeros al fondo de la terminal central en la calle Francisquito, así como el boulevard Van Horne, frente al Museo Parque Temático, y la rehabilitación abarcó de igual modo el famoso Hotel Plaza, que forma parte de todo el conjunto.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
A su vez, se reparó la Legión de Honor, única existente en Cuba, en la esquina de la calle República, que estaba a cargo de los Ferrocarriles Consolidados, radicados en Camagüey, y era un lugar para reconocer la labor de los trabajadores del ramo y la realización de anuncios.
Museo Ferroviario de Camagüey. Foto: Rodolfo Blanco Cué
El Museo Ferroviario de Camagüey recibió en 2022 los premios nacionales de conservación y restauración, y es sin dudas, la institución que ostenta el mérito de acercar a la población, de manera atractiva, a la historia de un sector de gran trascendencia económica y social para la provincia y el país, y los valores de quienes protagonizan el funcionamiento del medio de transporte, leyendas que están al alcance de lugareños y foráneos.(Tomado de ACN)