En un mundo que clama por la Paz, Estados Unidos moderniza su armamento nuclear

Edited by Maria Calvo
2016-08-16 11:34:01

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por Guillermo Alvarado

Se conoció hace pocos días que como parte de la renovación de su programa militar atómico, el gobierno de Estados Unidos se dispone a cambiar por otras nuevas las bombas nucleares que tiene instaladas en la base aérea alemana de Büchel, donde se estima que el Pentágono mantiene ocultas entre 10 y 50 ojivas.

Datos revelados por la revista Der Spiegel señalan que este arsenal será sustituido por las modernizadas armas nucleares tácticas B61-12, que tienen capacidad de penetrar en instalaciones fortificadas bajo tierra y destruirlas por completo.

Se trata de bombas de una elevada letalidad, que ya fueron probadas en un polígono de Nevada en septiembre de 2015 y se producirán en gran escala a partir de 2020, aunque ya el año próximo se comenzará a trabajar en nuevos misiles crucero para transportarlas.

La publicación señala también que el ejército alemán se dispone a iniciar la remodelación de sus aviones Tornado para el traslado de estos artefactos.

Estamos a todas luces ante una escalada de la carrera nuclear estadounidense, que viene a contrapelo con la lucha se se desarrolla en el mundo para consolidar la paz y la cooperación internacional como vías para resolver los conflictos.

Esta nueva medida se toma, inclusive, en contra de la voluntad de muchos ciudadanos alemanes que ven con preocupación cómo su país, que no es una potencia atómica, se puede ver involucrado en un enfrentamiento de enormes proporciones.

 

Las protestas también tienen lugar en Estados Unidos debido al elevado costo de la remodelación del programa atómico militar, que requerirá recursos que bien podrían servir para fines más lógicos desde el punto de vista social, como los servicios de salud, vivienda o educación.

En fechas recientes, tras el frustrado golpe de Estado en Turquía también salió a flote el tema del posible almacenamiento de bombas atómicas norteamericanas en la base aérea de Incirlik, operada por el Pentágono bajo la fachada de la belicista Organización del Tratado del Atlántico Norte, la OTAN.

Esta instalación fue construida por Estados Unidos en 1962, cuanto Turquía ingresó a la organización guerrerista y durante mucho tiempo se utilizó como punta de lanza contra la entonces Unión Soviética, y ahora forma parte de los planes para desestabilizar y presionar a Rusia.

Washington podría tener en Incirlik hasta 50 bombas de hidrógeno, y de allí su preocupación por la estabilidad política en Turquía, aún al costo de tener que lidiar con un aliado incómodo, como es el presidente Recep Tayyip Erdogan.

Estados Unidos es el país que más armas nucleares posee, y el único que las ha utilizado en dos oportunidades, en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, en agosto de 1945, cuando ya la II Guerra Mundial estaba prácticamente terminada.

A pesar de este horrendo crimen, cuando el presidente Barack Obama visitó a Japón este año se abstuvo de pedir perdón a ese pueblo, sin dudas por su conocida aversión a la historia, y, en lugar de eso, autorizó modernizar las bombas del Pentágono para hacerlas más eficaces, es decir, para matar más gente de un sólo golpe.



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