Por: Roberto Morejón
El nuevo secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó la atención de quienes en el mundo están atentos a sus planes, al enfatizar en la necesidad del multilateralismo.
Tiene razón el ex premier portugués porque la comunidad internacional demanda atención y eventuales soluciones a sus problemas desde posiciones globales y no a partir de arranques unilaterales de los poderosos.
“La ONU es la piedra angular de ese enfoque multilateral”, aseveró quien asumió las riendas de la ONU al iniciarse 2017, luego de dos mandatos del surcoreano Ban Ki-Moon.
Guterres, quien asegura no hacer milagros pero destaca entre sus ambiciones reformar la ONU, está bien enfocado cuando dice ser un convencido de que la evolución de los Estados miembros creó una nueva realidad geopolítica.
Desafortunadamente, algunos países siguen jugando papeles de grandes potencias y adoptan determinaciones globales de forma aislada o en pequeños grupos a espaldas de la mayoría, de ahí la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad, como aludió el nuevo titular de la ONU.
El funcionario, quien también hizo hincapié en la necesidad de la paz, quiere hacer más ágil el funcionamiento de la organización con sede en Nueva York.
Al respecto, Guterres gana simpatizantes al igual que cuando subraya el apremio de tener en cuenta las desigualdades en el mundo.
Ahora bien, el nuevo directivo debe estar muy ocupado ante la abultada carpeta de situaciones complejas existentes en los cuatro puntos cardinales, como las guerras en Siria, Yemen y Sudán del Sur, el conflicto palestino-israelí y la crisis de los refugiados.
La ONU debe atender igualmente el avance del terrorismo y sus causas, el impacto del cambio climático y la galopante pobreza en un mundo donde en el Norte industrializado acostumbran derrochar mientras en el Sur se carece de insumos vitales.
Reconocido por sus habilidades como negociador, Antonio Guterres inicia el mandato cuando cerca de sus oficinas el magnate Donald Trump aglutina colaboradores.
En uno de sus tuits a veces amenazantes, el presidente electo de Estados Unidos calificó a la ONU de un “club” de gente reunida para hablar y pasarla bien.
Antes, Trump defendió a ultranza a Israel, cuyos líderes reprobaron amargamente una reciente resolución sobre los territorios palestinos ocupados, una ilegalidad cometida impunemente por el régimen sionista.
Se trata de una salida al estilo polémico de Trump que suma interrogantes sobre las acciones futuras de Estados Unidos en la ONU y aconseja, como dice Guterres, enfatizar en el multilateralismo.