El malestar en México se extiende en zonas urbanas y rurales

Edited by Maria Calvo
2017-01-13 11:18:37

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por Roberto Morejón

El malestar en México por el alza de los diversos tipos de gasolina de hasta 24% es tan marcado que algunos medios de prensa y personajes políticos trataron de minimizarlo y mezclarlo, perversamente, con los actos de vandalismo.

Es cierto que paralelamente a las protestas de sectores populares y de clase media así como de los bloqueos de carreteras y de los centros de expendio del carburante se asaltaron establecimientos comerciales, con pérdidas materiales.

Medios de prensa sugirieron que entre los autores podrían encontrarse provocadores al servicio de los interesados en restarle credibilidad a la ira popular.

Pero los asaltos reprobados por la opinión pública no lograron crear una cortina de humo sobre el genuino malestar de gran parte de los mexicanos por la subida de precios de la gasolina.

Si bien las jornadas de protesta carecían de una dirección orgánica, estaban dirigidas contra una política del gobierno encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto.

Para los mexicanos está claro que el ascenso de los precios de la gasolina tiene un efecto multiplicador al afectar no solo a los que poseen un auto, un vehículo de carga o para el traslado colectivo de pasajeros.

La determinación informada a principios de año repercutió en la vida cotidiana y se reflejó en los precios de los alimentos y transporte, además de concatenarse con el alza de las tarifas eléctricas y la devaluación de la moneda.

El gobierno insistió en que no tenía otra alternativa al dictar el denominado “gasolinazo” y se escudó en la baja de los precios del crudo exportado por México y de la producción nacional.

Sin embargo, analistas destacaron que la medida forma parte de la política neoliberal oficial que apostó por la privatización gradual de la estatal PEMEX, Petróleos Mexicanos, representativa de la soberanía nacional.

El rumbo enfático en el libre mercado acrecentó los problemas del país y hoy 46% de la población mexicana es pobre, o sea, 55 millones de personas, aunque el gobierno insiste en destacar la solidez de la macroeconomía.

Tanto esa cruda realidad como las demostraciones de cólera por la elevación de los precios de la gasolina se enlazan con otras crisis en México.

Para los que siguen con atención los acontecimientos resulta llamativo que el país latinoamericano vivió durante 2016 manifestaciones y paros de los maestros.

Antes, México fue escenario de acciones de los padres de los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, víctimas de un ataque con saldo de tres muertos, decenas de heridos y 43 desaparecidos.

Al parecer los mexicanos han encontrado suficientes razones para que la tensión social aumente y se cuestione crecientemente el discurso oficial.



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