por María Josefina Arce
Un rotundo apoyo a la Quinta Cumbre de Jefes de Estado y de gobierno de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, de Punta Cana, República Dominicana, constituye la Declaración final del encuentro de Movimientos Sociales y Fuerzas Políticas del continente.
En un mundo con un injusto orden económico social, marcado por la desigualdad social, la CELAC constituye un mecanismo genuino en favor del desarrollo sostenible de los pueblos del área.
La CELAC, expresa el documento, representa un rayo de esperanza para los países latinoamericanos y caribeños que deben coordinar esfuerzos para juntos combatir los grandes males que nos aquejan, como son: la pobreza, el hambre, el desempleo y la falta de acceso a servicios de salud, educación y a viviendas dignas.
Este bloque integracionista, soberano e independiente, sin la presencia de Estados Unidos, ha dado vida a iniciativas que buscan eliminar las asimetrías de sus países miembros y elevar la calidad de vida de los millones de latinoamericanos y caribeños que lo conforman.
Ese es uno de los objetivos de la CELAC, constituida en diciembre de 2011 en Caracas y que tiene entre sus promotores al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, fiel defensor de los sectores más humildes, marginados y olvidados durante décadas de gobiernos neoliberales y que materializa las aspiraciones de los próceres independentistas del continente.
Muchos son todavía los desafíos, pero no se puede ocultar lo que se ha logrado. La región muestra hoy avances en la educación, salud y en lo social y político, que los movimientos sociales manifestaron defenderán, máxime cuando la derecha latinoamericana, apoyada por la oligarquía internacional y sectores norteamericanos, intentan revertir esta situación y volver a un pasado oneroso.
Y cuando, advierten, acaba de asumir Donald Trump la presidencia de Estados Unidos, cuyo lenguaje xenófobo y hegemonista hace temer que se multipliquen las amenazas de agresión que han caracterizado a las distintas administraciones norteamericanas en sus relaciones con la zona, a la que siempre han considerado su patio trasero.
De ahí que los Movimientos Sociales expresaron también su apoyo a la lucha de la CELAC por la paz y la soberanía. Recordemos que en enero de 2014 en la Segunda Cumbre del bloque, en La Habana, se declaró a América Latina y el Caribe como una zona de paz.
La declaración final del encuentro, que sesionó en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, manifiesta también la solidaridad y el apoyo de los movimientos sociales a Venezuela, objeto de constantes agresiones de la derecha, y a las genuinas aspiraciones del pueblo cubano de que se ponga fin al bloqueo norteamericano y le sea devuelto el territorio que en el oriente del archipiélago usurpa Estados Unidos, en contra de la voluntad de los cubanos.
Igualmente respalda la resistencia y la lucha de Puerto Rico, colonia de Estados Unidos desde 1898, por su verdadera independencia
Con fuerza los movimientos sociales latinoamericanos y caribeños dejaron claro en República Dominicana su decisión de marchar unidos hacia la conquista de nuestra definitiva y real independencia y su compromiso con el legado de hombres como Hugo Chávez y el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, quienes hicieron de la defensa de los más pobres y de las causas justas un principio de sus vidas.