Por María Josefina Arce.

La Habana, 30 ene (RHC) Los argentinos no han dejado las calles para protestar contra el gobierno del presidente Mauricio Macri, lo que se ha convertido en una constante en su primer año de mandato por el programa neoliberal puesto en marcha y que ha llevado al país a una compleja situación social.

Desde hace más de dos semanas 400 operarios de la planta impresora de Artes Gráficas Rioplatenses del grupo Clarín, mantienen ocupado el local en reclamo de la reincorporación a puestos.

La lucha de los trabajadores gráficos tomó fuerza con varias marchas en las calles de Buenos Aires con réplicas en otras partes del país y este fin de semana se sumó el gremio de los camioneros que se negó a salir a repartir los diarios, y el periódico tardó en ser distribuido.

Los huelguistas declaran que los despidos son ilegales, pues por ley, si la empresa quiere despedir más de 15 por ciento de los empleados, está obligada a presentar un procedimiento ante el ministerio de Trabajo.

Asimismo, con ollas populares en Buenos Aires, la capital, los argentinos demandaron en los últimos días la implementación de la llamada Ley de Emergencia Social, que promueve una serie de medidas para aliviar el crítico panorama por el que atraviesan muchas familias, que se han visto despojadas de los logros conquistados durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

Lo cierto es que las promesas en materia económica de Macri no se han materializado en más empleos u otros beneficios sociales, al contrario se han registrado aumentos exorbitantes de las tarifas de los servicios públicos que en este año han continuado, constantes despidos y una alta inflación que el pasado año rondó el 50 por ciento.

Las estadísticas del 2016 indican que Argentina, tercera economía de América Latina, se encuentra en recesión.

La llamada Ley de Emergencia Social, aprobada en diciembre del pasado año, fue acordada con organizaciones de la economía popular, como una iniciativa del Movimiento Evita y Barrio de a Pie, precisamente la promotora de las ollas populares.

El texto comprende la creación de un millón de puestos de trabajo, uno de los temas que más preocupa a la sociedad pues en los últimos doce meses unos 300 MIL argentinos han perdido sus empleos por las medidas neoliberales de Macri.

Otro de los aspectos que establece es un aumento especial del 15% de la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo, programas implementados durante el mandato de la ex presidenta Cristina Fernández,

Asimismo dispone de un aumento del 50% para las partidas alimentarias y nutricionales.

Pero los días transcurren y todavía no se ha implementado la legislación, que contempla destinar cerca de dos millones de dólares para luchar contra la pobreza en la que, de acuerdo con las estadísticas, se encuentran más del 32 por ciento de los argentinos, mientras que el 6,3 por ciento vive casi en la indigencia.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina ha habido un aumento de la desigualdad social en la nación suramericana, mientras Macri afirma que en 2017 habrá un crecimiento de la economía y que las medidas tomadas supuestamente han ayudado a un "aumento" de los planes sociales, pero lo cierto es que el pasado año culminó con un incremento considerable de los precios, lo que como es de suponer afecta notablemente a los argentinos, en especial a los sectores más humildes.

En medio de esta compleja situación Macri mira hacia otro lado y parece querer emular con el presidente norteamericano, Donald Trump, al firmar un decreto que endurece los controles migratorios, lo que muchos en la sociedad argentina han calificado como una estigmatización de los extranjeros y violatorio de los acuerdos internacionales.