por María Josefina Arce
Con una visión renovadora y dinámica, jóvenes cubanos debaten en la Universidad de La Habana problemas del mundo actual que conforman la agenda de la Organización de Naciones Unidas. Este ejercicio anual de los estudiantes universitarios simula las discusiones de los órganos y organismos que conforman el sistema de la ONU.
Los jóvenes, miembros del capítulo cubano del Sistema de Naciones Unidas, acostumbrados a ejercer su derecho a ser escuchados impregnan a estas sesiones la experiencia adquirida a lo largo de su vida estudiantil.
Como integrantes de diversas organizaciones desde la más tempranas edades, las más jóvenes generaciones debaten sus inquietudes sobre diversos problemas, no solo referidos a su vida de estudios, sino también al país.
Esa experiencia y afán de generar soluciones, más la activa participación de académicos y estudiantes de otras naciones le confiere al evento que desde 1996 se realiza en la Universidad de La Habana un gran prestigio, que de acuerdo con sus organizadores lo ubica como referente para otros países.
En esta ocasión sesionan paneles especiales de la Organización Panamericana de la Salud, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
El evento está dedicado al legado del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, al aniversario 70 de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas y a los 25 años de la Cumbre de Río sobre Desarrollo Sostenible, un hito en la historia de los esfuerzos por la preservación de la vida en el planeta.
Hasta este viernes los participantes trabajan en comisiones donde analizan temas de la agenda de Naciones Unidas tales como situación alimentaria, desarrollo económico y social, medio ambiente y derechos humanos.
Para los directivos del organismo internacional los modelos del sistema de la ONU son una herramienta esencial en la inclusión de los jóvenes en el funcionamiento de la sociedad.
Mediante esta experiencia, estiman, pueden obtener una aproximación más humanista y responsable en la temática social y a la vez participar de manera activa en sus comunidades, una experiencia que no es ajena a los jóvenes cubanos.
De hecho la representación de los trabajos de los diferentes órganos, comisiones y comités de las Naciones Unidas, donde los estudiantes fungen como representantes de los estados miembros, les confieren un conocimiento cultural y político necesario sobre temas internacionales, además de permitirles desarrollar la oratoria, la educación formal y estimular el espíritu investigativo.
Este ejercicio que se ha universalizado y ya se realiza en numerosos países es sin dudas, un espacio para debatir, reflexionar y proponer posibles soluciones a las preocupaciones que agobian al mundo.
