Una peligrosa visión de la historia

Edited by Maria Calvo
2017-04-14 10:10:35

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por Guillermo Alvarado

El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, levantó esta semana una oleada de repulsa cuando en su afán por acusar falsamente al presidente Bachar Al Assad por el ataque químico ocurrido en Siria, que causó más de 80 muertos entre ellos una treintena de niños, se le ocurrió decir nada menos que ni siquiera Adolfo Hitler había usado este tipo de armas durante la II Guerra Mundial.

Inmediatamente las llamadas redes sociales se incendiaron con todo tipo de mensajes. Muchos tacharon a Spicer de ignorante, de desconocer la magnitud de los crímenes cometidos por el fascismo nazi, y cosas por el estilo.

Los más indulgentes pensaron que se trató de un dislate, de una distracción oratoria del funcionario encargado de conectar la sede del gobierno norteamericano con la prensa y el gran público en general.

Pero la realidad puede ser mucho más tenebrosa que una simple laguna informativa o un error de discurso.

No creemos que Spicer, máster en Seguridad Nacional y Estudios Estratégicos, ignore que al menos seis millones de judíos, gitanos, homosexuales, prisioneros de guerra, comunistas y hasta ciudadanos alemanes opuestos a Hitler fueron exterminados en las cámaras de gas, es decir por medio de armas químicas.

Tampoco estimamos que en su formación académica este señor haya pasado por alto eventos de gran importancia, como los juicios de Núremberg donde se explicó con lujo de detalles todo el terror que significó el régimen nazi.

Como muchas personas de un pensamiento de ultra derecha, Spicer no ignora estos hechos. Lo que pasa es que no le importan porque en su visión de la historia y del mundo están convencidos de que hay grupos humanos que son perfectamente descartables, según sean los intereses que se persigan.

Eso es justamente lo más peligroso, porque refleja un modo de pensar según el cual hay una parte del mundo, u otros mundos, que se pueden sacrificar sin ninguna vacilación, porque sus vidas no significan nada desde las alturas del ejercicio de un poder omnímodo, hegemónico, egoísta y expansionista.

Nos viene a la memoria aquella lamentable expresión del político de extrema derecha francés Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional, quien dijo que las cámaras de gas fueron “sólo un detalle” en la II Guerra Mundial.

Spicer forma parte de ese círculo que prefiere las “realidades alternativas”, que creen y luchan por hacer creer a los demás falsedades como que Estados Unidos ganó la II Guerra Mundial, y pretender tirar al cesto de la basura el extraordinario sacrificio del pueblo Soviético sobre cuya sangre se forjó el triunfo contra un enemigo formidable.

Apoyados por una poderosa maquinaria propagandística, que incluye la prensa, las corporaciones de noticias, la literatura y la cinematografía, Spicer y otros de su especie han sembrado en la mente de millones de personas ideas insólitas, como que Estados Unidos no perdió la guerra de Vietnam.

Detrás de lo que aparentemente fue sólo un descuido en su mensaje, Sean Spicer está enseñando un rostro tenebroso del grupo en el poder hoy día en la principal potencia económica y militar del mundo. Un dato peligroso que no debemos perder de vista, por lo menos por aquello de que “guerra avisada…..



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