Eurasia se viste con seda

Edited by Maite González Martínez
2017-05-18 10:04:16

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La Ruta de la Seda.

Por: Roberto Morejón

Entre grandes expectativas de naciones de Europa, Asia y África y reservas del Norte industrializado se abre paso la faraónica iniciativa de China de reeditar, en tiempos de revolución tecnológica, la antigua Ruta de la Seda.

Con una cumbre en Beijing a la que asistieron 29 Jefes de Estado o de gobierno comenzó oficialmente el proyecto de China, lanzado en 2013 por el presidente Xi Jimping para establecer una nueva y millonaria Ruta de la Seda.

La idea es comunicar a Oriente y Occidente basados en líneas marítimas y férreas, con puertos nuevos, a manera de evocación de las ancestrales caravanas de mercancías entre Europa y Asia, muchas veces a lomo de camellos.

Con el plan en cartera, los chinos convencieron hasta algunos reticentes como el presidente argentino, Mauricio Macri.

El gobernante derechista “olvidó” sus críticas a la expresidenta Cristina Fernández por su aproximación económica al gigante asiático y ahora le hace la corte a Beijing, después que sus iniciativas NO atrajeron inversionistas en la cifra ansiada.

Desde el ruso Vladimir Putin hasta la presidenta chilena Michelle Bachelet pasando por el conservador jefe de gobierno de España, Mariano Rajoy, muchos ven en la oferta china una oportunidad para aumentar la cooperación internacional.

NO es para menos, pues China prometió invertir 124 mil millones de dólares en el nuevo plan de la Ruta, con el que afirma perseguir un camino de inclusión y oportunidades.

Una de sus metas es crear una red que permita diseñar rutas alternativas para los productos que exporta y las materias primas requeridas por su industria.

Para lograrlo, la segunda economía mundial prevé trazar grandes conexiones por Asia Central, Rusia, el subcontinente indio, el sureste asiático y el este de África.

China, beneficiada de la globalización, quiere con este plan además reivindicar su apuesta por mercados más abiertos.

La promoción llega en momentos en que llueven las críticas hacia el presidente estadounidense, Donald Trump, por su proteccionista “America First” y se especula si la salida del Reino Unido de la Unión Europea será imitada por otros.

Si bien son lógicas las dudas acerca de la materialización de una iniciativa tan ambiciosa como la Ruta de la Seda, lo cierto es que solo China, con sus extraordinarios progresos, puede hacer un ofrecimiento de esa magnitud.

Su papel global se acrecienta con este planteamiento, al que se suman gobernantes de más allá de Europa y Asia, pues Xi Jimping dice que está abierto a todos.

Si la Ruta de la Seda avanza, China ayudaría a labrar una multipolaridad mundial necesaria, asentada en soportes geoestratégicos y económicos.



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